En nuestra hermosa actualidad me encuentro abrumado por tanta basura que nos invade nuestra mente.
Cuando entre a una tienda y fui a la sección de libros me entusiasmo ver la cantidad de gente en el área , tristemente solo me encontré gente que oscila en edades entre los 40 años, como si leer fuese un hábito pasado de moda.
Hoy en día el aburrimiento se mata con sentarse en el sofa o acostado en la cama a mirar tres, cuatro o cinco horas el televisor y también están las computadoras y los celulares.
Yo no me opongo a estas innovaciones tecnológicas, porque nos abren un mundo nuevo, simplemente que los mismos tupen la mente, porque no permiten a la persona desarrollar una opinión propia.
Nos encontramos con el bombardeo de los reality shows, series sin sentido y lógica enseñándonos la idiosincrasia de un país ajeno al nuestro, las redes sociales supuestamente nos comunican con el mundo, pero irónicamente nos apartan de los que están más cerca.
Pero la culpa no es de la tecnología, la culpa es de los padres negligentes que no enseñan a sus hijos el uso sano de la tecnología, por eso, prefiero mil veces leer un libro que me puede enseñar a pensar por mi mismo y no mirar una novela por la televisión o pasar las horas chateando a veces en conversaciones improductivas.
Yo que nací en esta época veo cuan costoso es adquirir un libro, tanto por sus precios elevados como por la escasez de ciertos títulos, a Dios gracias pues por la invención del e-book, el cual abre un acceso más fácil a diversos libros.
Aunque nada supera la experiencia de sentir el papel entre tus dedos.
Comentarios
Con eso que ahora en América Latina pega el anime, el cual es pasado sin censura.
-Te gusta esa película.
-Si papá, tengo que ir a verla.
-Y si te regalo el libro, así sabrías que va a pasar antes y podrías compararlo con la película.
-Mmm, esta bien.
Y lo logré, leyó el primer libro, que es un libraco, después los otros tres, que son unos libracos también, y después comenzó realmente mi trabajo, le ofrecí libros que le resultaran entretenidos, para adolescentes, pero un día, le di los cuentos de Lovecraft, los leyó y le gustaron, luego otros libros mas pesados, y comenzó a leer de verdad, el gen recesivo mio por la lectura, funcionó, ahora es una lectora mucho mas asidua que yo.
Hay que atacar con inteligencia, en su campo, no podemos querer que lean de un día para el otro, están bombardeados por las nuevas tecnologías, no se, pretender que lean a Vargas Llosa, Borges, por hablar de latinoamericanos, no es buena idea, primero lo que le gusta a ellos, y después cuando toman gusto por la lectura, ahí si, meterle un peso pesado, es una recomendación, a mi me funcionó.
Saludos
Sin embargo, en algunos casos la película iguala la calidad del libro. Sin ir más lejos recientemente han emitido la película de Tiempo entre costuras, y la calidad ha sido excepcional.
En mi modesta opinión, porque el mayor enemigo de un buen libro ataca sin cesar, implacable, terco y tozudo hasta la saciedad. Me estoy refiriendo a la incultura, al analfabetismo, pero no al del pobre desgraciado que por una causa u otra no ha tenido acceso a estudios, no. Hablo del famoso analfabeto funcional, ese que ostenta un título superior universitario al tiempo que no sabe hacer la o con un canuto
Esa es la causa de que cada vez se lea menos. Pero no debemos o, al menos, no deberíamos confundir causa con problema. El problema, hablo desde y por España, es, sin lugar a dudas, nuestros políticos. De ellos depende la calidad de la educación de los españoles, calidad que, desde que tengo uso de razón, va reduciéndose lenta y paulatinamente, de forma ladina y solapada, y que ha alcanzado cotas nunca sospechadas.
Y todo tiene una explicación; las cosas no ocurren inopinadamente ni porque sí. Al menos las que, sistematicamente, se repiten día tras día. ¿Alguien, si lanzase una moneda al aire cien veces seguidas y obtuviera cien veces cara o cien veces cruz, no sospecharía que la susodicha moneda está trucada? Pues digo yo: si alguien, estudiando los últimos cuarenta años de historia de este país mío, se apercibe del hecho de que tras no sé cuántos gobiernos, cada uno con su "plan (ahora lo llaman ley) de educación, siempre se ha producido el mismo resultado, es decir, siempre, de uno a otro, ha ido disminuyendo la calidad... ¿Qué habremos de pensar?
Y es que... ¿Se imaginan a los ínclitos actuando como lo están haciendo ante una sociedad con criterio? ¿Por qué será que la primera asignatura que desapareció del mapa fue la filosofía? ¿Se les ocurre alguna respuesta?
El mayor enemigo de un buen libro es .................
Rellenen la linea de puntos, por favor.
Siempre será más sencillo ver una película o leer un resumen (me encanta el cine y no pretendo desprestigiarlo) pero no culparía por ello un gobierno porque en la "era de la información", donde todo lo que quieras (o se supone) está a tu alcance a través de internet cualquiera que tenga un mínimo de interés puede acceder a cualquier libro o hablar de cualquier tema, además, aún existen las bibliotecas!
El gusanillo literario es algo que uno desarrolla en su interior, no quiero decir con ello que un plan de estudios más eficaz no ayudaría a desarrollar el gusto por la lectura en los más jóvenes pero creo que el factor decisivo sería el interés personal reforzado por la educación en casa y el interés de los padres en que sus hijos lean.
Soy una persona joven, ya no tanto en edad (que ya tengo 24), sino en espíritu. Mis mayores aficiones, además de la literatura, son los videojuegos, los juegos de rol y mesa. Y, por qué no, me encanta pasar alguna tarde/noche viendo películas o series. Y eso no hace que no haya estudiado filología hispánica o no haya hecho un año de estudios en el Ateneo de Barcelona. ¿Qué tiene de malo?
Las malas cosas no son esta o aquella. Es el exceso. Cuando una persona únicamente ve la televisión, ahí tenemos un problema. Y considero que, una persona que únicamente lee libros, también es un problema. ¿Por qué hay que cerrarse a otros modos de expresión? Una película es un videojuego transportado al medio visual. Un videojuego es una novela pasada al medio visual y, además, en el que tú tomas el papel principal. No penséis en los videojuegos como un comecocos que sólo enseña a los niños a ser violentos. Creo que es peor para un niño dejarle ver las noticias contigo mientras coméis en familia que no dejarle que juegue un rato a un videojuego. Ojo, teniendo siempre en cuenta si el juego es adecuado para su edad. Porque conozco niños de 10 años o menos a los que sus padres les regalan juegos para mayores de 18 con contenido, como bien decís, violento.
El problema es que mucha gente no ve que toda la industria visual es también favorecedora para los libros y sólo nos quedamos con el apunte negativo. Mucha gente de mi generación empezó a leer por haber visto una película que le enamorase. Muchos fans de las películas de Harry Potter vieron la película y quedaron tan maravillados que terminaron pasándose a los libros. Tengo incluso algunos amigos que nunca han tenido un libro en sus manos, pero al haber novelas sobre sus juegos favoritos deciden darles una oportunidad. Uno de ellos pasó de no leer absolutamente nada a meterse de lleno en la bibliografía de Tolkien.
Las cosas nunca son blancas o negras. El problema suele ser que no miramos las cosas con perspectiva. Y como decían mensajes anteriores, el mayor enemigo de un libro es la incultura. O, más bien, el cerrarse de mente. Igual que por pensar que los videojuegos son basura y solo son violentos vas a perderte historias tan entrañables como la de Chell, intentando escapar de un laboratorio donde le hacen pasar por infinidad de puzles hasta salir a la superficie, o cómo Yuna remueve cielo y tierra para encontrar al desaparecido Tidus, o cómo el pequeño Ori, tras perder a su madre adoptiva, recorre solitario el bosque que poco a poco está perdiendo toda su fuerza y hace lo imposible para salvarlo. Como los videojuegos son malos, vamos a ignorar estas historias. Eso mismo piensan los jóvenes -y no tan jóvenes- de los libros. ¿No es hacer exactamente lo mismo que esa gente decir que las nuevas tecnologías son el enemigo de los libros?
No soy aficionado a los videojuegos porque no pillé su auge en el momento adecuado, pero estoy seguro de que si hubieran comenzado diez o quince años antes, ahora sería un fervoroso usuario (nunca adicto). En cuanto a las series, ¿qué voy a decir? Afirmas ser filólogo, por tanto es inútil mencionar que, en la literatura, el fenómeno de las series está presente desde hace cientos de años. Y, como bien apuntas, es algo que ha contribuido muy notablemente al crecimiento de la afición a la lectura. Pero..., siempre hay un pero, desde mi muy humilde punto de vista he llegado a la conclusión de que, sin faltar el respeto a nada ni a nadie, no es lo mismo leer una novela que ver una película.
La lectura implica una complicidad entre autor, historia y lector que no he llegado a alcanzar nunca ante una pantalla (ni de cine ni de televisión). Me quedó clara constancia de ello, por experimento en propia carne, con los relatos de Sherlock Holmes ya que algunos llegaron a mí directamente desde la letra impresa y otros a través de la serie, buenísima, que ofreció Granada Televisión con el malogrado Jeremy Brett al frente del reparto. La "substancia" extraída de los primeros no tiene parangón con la de los segundos. Y he puesto este ejemplo porque no creo que nadie pueda discutir la altísima calidad de la producción televisiva mencionada.
En definitiva: no hay que buscar culpables donde no los hay y, discrepando de la opinión de Ceridwen, mantengo mi opinión.
El único enemigo del libro es la incultura y la incultura (en nuestra sociedad) es la hija bastarda de los planes (leyes) de educación que nos han endilgado en los últimos tiempos. Además, creo y mantengo que se ha hecho expresamente y con toda la mala intención.
En mi opinión, cada quien tiene razón. A mí me gusta Amazon por la facilidad al publicar y el público potencial que puede leerte, aunque luego sean pocos. No le voy a echar la culpa a la plataforma por escribir cosas que no interesan a las masas.
Respecto al pirateo, te van a piratear igual en una plataforma española, pero con menos público potencial. Y, para un escritor novel, que le pirateen es la mejor forma de ser conocido y llegar a más público. Dejémonos de tonterías, una persona desconocida ha de preocuparse más de difundir su obra que de si le han pirateado un euro o dos, que es lo que cobra por copia bajada. (y que conste que no me sobra el dinero, todo lo contrario. Es puro sentido común). Hablo de e-books, que es como publico yo.
Pero ya he dicho que cada quien tiene razón, sólo es mi punto de vista. Los demás también son correctos, pues las prioridades de cada quien son distintas.
Admito respetuosamente todos los comentarios anteriores, pero difiero de algunos que tampoco es cuestión de decir de cual o cuales. Mi opinión es que no hay nada más enriquecedor que leer (en papel) un buen libro, que no necesariamente tiene que ser de un autor conocido; hay por ahí, principalmente en la América latina, cientos o quizás miles de plumas desconocidas que escriben como los ángeles.
En cuanto a la tele, para mí, lo único que puede ilustrarte son los documentales; pero ojo, que no todos son buenos ni reales, pues hasta en cosas que todos sabemos nos meten goles, seguramente será por aquello del "relleno".
Buenos días
Los libros, por cierto, ayudan o no a pensar por uno mismo (hay de todo). Si sale demasiado caro comprar libros, siempre tenemos ahí la biblioteca pública; mejor un libro tangible, aunque sea de prestado, que leer a través de una fría pantalla de ordenador.
Todos los comentarios me parecen idóneos y acertados, como respuestas a lo que se expone, cada uno de ellos en cada pluma objetiva/subjetiva. Pero el que más ha llamado mi atención y con el cual comulgo es
Respecto al tema inicial, no creo que culpabilizar a los padres de la falta de hábito de lectura sea correcto, por lo menos de forma general. Apartar a un niño o niña de las pantallas no les hará adorar un libro por el propio hecho. Opino más bien, sin profundizar demasiado, que tiene que ver con los nuevos métodos de entretenimiento que exigen la inmediatez y satisfacción rápida de las necesidades, propia de la tecnología (cosa bastante alejada de la pausa y reflexión que suele conllevar la lectura) y las formas en que nos relacionamos entre nosotros y/o con esta.
No se trata tanto de imponer el hábito (lo que es imposible), sino de plantear la lectura como una posibilidad de ocio desde la infancia, y atajar o controlar esas otras que no sólo indisponen a leer sino que también incapacitan para el esfuerzo, para todo lo que no sea eso, fácil e inmediato. Al final vivimos en una sociedad que promueve la diversión antes de todo, pero además la diversión fácil, al margen de cualquier otro estímulo. Mirar una pantalla o jugar a un videojuego supone el mínimo esfuerzo. Controlar el tiempo y el acceso que tienen los hijos a lo que sólo son formas de dispersión, de pérdidas de tiempo, es algo que sí está (hasta cierta edad y cierto punto) en manos de los padres.
Si a un niño le prendéis la chispa de la curiosidad ese fuego arderá por siempre en su corazón y moverá toda su vida.
Yo que soy joven, yo, que nací en los 90, veo con dolor como se demonizan las nuevas artes. Hay diamantes en la industria de los videojeugos, hay tesoros en la fotografía de muchas series, hay oro entre las nuevas películas.
El progreso es fiero y pasa veloz frente a nuestros ojos. Los nuevos tiempos ya están aquí. Dejad que esta generación encuentre su manera de disfrutar de su época tal y como nosotros lo hemos hecho en nuestra.
Si a un niño le prendéis la chispa de la curiosidad ese fuego arderá por siempre en su corazón y moverá toda su vida.
Yo que soy joven, yo, que nací en los 90, veo con dolor como se demonizan las nuevas artes. Hay diamantes en la industria de los videojeugos, hay tesoros en la fotografía de muchas series, hay oro entre las nuevas películas.
El progreso es fiero y pasa veloz frente a nuestros ojos. Los nuevos tiempos ya están aquí. Dejad que esta generación encuentre su manera de disfrutar de su época tal y como nosotros lo hemos hecho en nuestra.
Con ambos comentarios estoy de acuerdo. Pero pienso que la afición a la Grandiosa Literatura tiene que empezar por los progenitores, incluso más que los profesores, que éstos, más tarde, catalogarán el perfil de cada alumno.
Saludos a los dos