Kandinsky decía «Toda obra de arte es hija de su tiempo, y con frecuencia es madre de nuestros sentimientos», mientras, en algún escritorio rodeado de libros, Erich Fromm se afanaba en su definición del amor como un arte. Y nosotros estamos aquí, estancados en nuestra etiquetación habitual y mundana de las cosas. No, creo que nos equivocamos. Lo que hoy nace de nosotros no es destino ni divinidad, más bien, un no fue o un no será, que, sin embargo, vigoroso, se alza como un es y un ahora.
https://digresionesypalabreria.blogspot.com.es/