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Escribir novatamente

Me perdonarán la expresión del título, pero dudaba si poner 'escritores novatos', escritorxs novatxs', 'escritoreas novateas', 'escritores/as novatos/as' en fin. para no ser sexista (eso empieza en el lenguaje), me decanto por el posiblemente incorrecto título que encabeza esta sección.

Aquí expondré las experiencias que uno ha vivido como novato (aún lo soy), compartidas con la mayoría, si no todas, las personas que empiezan en esto. Iré publicando entradas, y ustedes pueden colaborar con sus propias vivencias y publicar a su vez.


La primera, que causa no pocos problemas, y alguna risa, es la importancia que se le da a las primeras obras. Si bien es bueno tomar medidas de prudencia para que no le plagien a uno, hay que ser conscientes de que no somos ni los mejores ni siquiera los más originales.

Toda persona que concluye una obra cae presa del frenesí de publicarla y asegurarla. El orgullo y la emoción de haber escrito una novela, u obra de cualquier tipo, nos impide juzgarla con objetividad.

Lo hemos hecho lo mejor que sabíamos  y, por un mecanismo subjetivo, pensamos que es lo mejor que se podía escribir. Tememos plagios por todas partes, y caemos presos del ansia de que la conozcan y la difundan. Ni comprendemos que las editoriales la rechacen, ni que a los otros escritores les sea indiferente. Eso también nos impide corregir sus errores y aceptamos muy mal las críticas adversas: ¿cómo se atreven a criticar mi gran obra?

Alguien dijo que los escritores somos envidiosos del éxito de otros. Es una gran verdad. Envidiosxs, ansiosxs, y muy frustradxs. La frustración que lleguemos a sentir está en razón directa a la magnitud de nuestro ego, y a la importancia que le otorguemos a nuestra obra.

También esa falta de autocrítica lleva a algunas personas a practicar el spam, en foros o en las redes sociales. Como nuestra obra es tan y tan importante, nos perdonarán que nos hagamos pesadxs, que invadamos las redes con nuestros enlaces, con nuestra publicidad repetitiva, y seamos poco recíprocxs con la obra de lxs demás.

Tengan paz. Si son geniales, el mundo literario no tardará en conocerles. Mientras tanto, interactúen con calma, difundan, pero no spameen (no hagan spam fuera de tiesto, como decían antes).

Y no sufran. Hay vida fuera de las editoriales.

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Comentarios

  • La Desesperación.

    A pesar de que seamos humildes como ranas en palacio, esperar a la primera venta puede llegar a ser desesperante. Mucho más debido a la especial psicología de quien escribe.
    Hay que tener paciencia y calma (ya sé, es casi imposible). Soñamos con esa inefable experiencia de visitar una editorial, esperar, ser llamado y ser graciosamente acunado por profesionales que se ocuparían de todo. En ocasiones llevo un original a una editorial de renombrre sólo para vivir el ambiente, salir luego, tomarme un café en una mesa junto a una madura lectora o editora de rostro inteligente y atractivo inmersa en un manuscrito frente a su desayuno en un local decorado como una librería antigua, y volver en autobús, renovado y con nuevas esperanzas, como si vivir ese ambiente pudiera contagiarme de éxito (y dinero).

  • Sin embargo, al recibir el consabido correo electrónico titulado 'manuscritos rechazados', el baño de realidad desinfla el globo de nuestras ensoñaciones. Debemos, pues, volver a reunir ánimos y fabricar esperanzas forzadas para volver a la novela que tenemos a medias y retomar el hilo de nuestra rutina.

    Y cada vez parece más difícil.
    Sin embargo, el Universo está en constante movimiento, y suceden cosas. A veces incluso positivas. 

    Y un nuevo tema nos seduce para que escribamos ansiosamente, convencidos de que, esa vez, sí. Esa es la buena, ahora sí nos publican. Con ésta ganaré cualquier concurso.
  • Ya es sabido que grandes escritoras y escritores suelen saltarse las normas gramaticales u ortográficas, o de estilo, innovando la lengua. Capaces son de escribir una novela entera sin signos de puntuación.

    Grandes, he escrito.

    Si deseamos escribir sin miras a publicar, podemos desarrollar nuestra creatividad y ser originales. Pero, mientras no seamos tan grandes como García Márquez o Julio Cortázar, es prudente que sigamos las reglas si nuestra intención es llegar a publicar alguna vez ("Hay que conocer todas las normas para saber cuando saltárselas", dijo un sabio). 

    Naturalmente, nadie sabe qué originalidad tendrá éxito, ni lo genial que sea alguien que escribe novatamente. No haber publicado no significa carecer de talento, así que nadie puede juzgar a quien se salta alguna regla gramatical, o inaugura un estilo.

    Pero las editoriales suelen ser puntillosas respecto al estilo y la forma. Un escrito pulcramente redactado, da un empaque a quien lo escribe y es una excelente carta de presentación. Pocas editoriales perderán tiempo averiguando cuán geniales somos si, en los primeros párrafos, encuentran irregularidades. ¿Es injusto? Quizá.

    Uno de los errores más frecuentes y visibles es utilizar incorrectamente la raya en los diálogos. La mayor parte de los/las novatas pensamos que basta con poner un guion y dejar una pequeña sangría para distinguir los diálogos del cuerpo del texto. Craso error.

    El guion no es lo mismo que la raya. Y no cualquier raya, sino la raya alta. Los editores de texto disponen de menús adecuados y, utilizándolos de buen principio, nos ahorraremos un montón de trabajo tedioso. Alguna de mis novelas le he tenido que corregir más de diez veces, dado que los formatos utilizados en el primer borrador tienen una desagradable tendencia a perpetuarse, no importa las veces que los corrijas.

    La sangría adecuada se situará automáticamente si la hemos definido al comenzar un escrito. La raya larga alta no existe en el teclado, como si las personas dedicadas a escribir no existieran para los fabricantes de teclados. Sin embargo, hay varios trucos, y también ahí ahorraremos mucho esfuerzo si los utilizamos al principio. Habitualmente, dos guiones y un espacio forman una raya. -- . Luego, usamos el borrador de retroceso para comernos el espacio, y tan campantes: los dos guiones se convierten mágicamente en una raya larga (esa opción no existe en el formato de estos comentarios en el foro, lo advierto, pero sí en Word y en la mayoría de editores de texto. También se puede definir en los menús). No es lo mismo que recorrer toda la novela para resaltar los guiones mal puestos y sustituirlos por rayas. Y la opción 'buscar y sustituir todo' puede ocasionar errores indeseados, Es mucho mejor empezar a usar la raya de principio.

    El uso de la raya en los diálogos, y los signos de puntuación en ellos, constituye una especie de señal de graduación y nos define como alguien que conoce el lenguaje. Es una ciencia engorrosa, recóndita y misteriosa hasta que se conoce del todo. Pero es como un traje bien planchado en una recepción: inmediatamente nos distingue.

    La explicación completa del uso de los signos de puntuación en los diálogos excede las intenciones de esta entrada, pero se podrá encontrar fácilmente en Internet. Tal vez haga un resumen más adelante, pues a veces dichas explicaciones no son suficientemente aclaratorias. Pero, por el momento, baste con llamar la atención sobre la necesidad de cuidar este punto si alguien pretende llegar a ser publicado por una editorial.

  • Pues a ello. Al menos, un poco de ello: Se define la sangría automática al comienzo de párrafo en el menú, y se usa la raya larga alta en los diálogos. Ya he dicho que dos guiones y un espacio suele ser igual a raya.

    Tras la raya no se pone espacio (si se ha usado tras los dos guiones para convertirlos en raya, se borra con la tecla de retroceso y santas pascuas). No se pone espacio cuando introduce a alguien que habla. Tras su perorata, se pone espacio y raya, y se introduce, si es preciso, el comentario, sin dejar espacio.

           --Hola --dijo él.

           --Hola --respondió ella.

           --Hola. --Sus ojos se humedecieron.

    Nótese que las frases que implican habla se comienzan con minúscula y no van precedidas de punto, ni antes ni después de la raya. La puntuación que corresponda, pasa al final del comentario o bien, al principio de la siguiente frase.  Las que no son frases de habla, con mayúscula. El punto en el primer caso va tras el comentario que implica habla, pero antes de la raya cuando es otro tipo de frase.

    Cuando el diálogo se ve interrumpido por el comentario, y luego prosigue, los signos de puntuación van tras la raya, y antes del siguiente diálogo del mismo personaje (no así las exclamaciones e interrogaciones en este caso):

           --¡Pero hombre! --dijo ella--, me has ignorado.

    Se podría escribir:

          --¡Pero hombre! --dijo ella--. Me has ignorado.

    Este punto es una de esas ambigüedades que dan emoción al tema de la raya. Se podría pensar que el punto ya lo lleva el signo de exclamación (lo cual es cierto), y pasar totalmente de ponerlo:

         --¡Pero hombre! --dijo ella-- Me has ignorado.

    Lo he visto de ambas formas. Creo que la correcta es la segunda, pero ya dije que era una ciencia abstrusa y confusa.


           --¡Pero hombre! --dijo ella--, si me hubieras avisado, no me habría sobresaltado tanto.

    En este caso, es indudable que la coma es correcta y va en su lugar correcto, tras la raya.

    (por favor, recuerden que los dos guiones aquí, simbolizan una raya larga)

           --¡Pero hombre! --dijo ella-- ¿No podrías haberme avisado?

           --No --respondió--. Mi teléfono está averiado.

    Nótese que, tras una frase a la que sigue un comentario de habla (dijo, respondió, etc), no va punto antes de la raya, pero sí antes de la siguiente frase. 

    Y recuerden que, tras el signo de exclamación (e interrogación, o ambos a la vez), no va punto, pero sí coma, punto y coma, dos puntos, etc.

           --¡Pero hombre! --dijo ella-- ¡Sólo faltaba eso!, que me insultases.

           --¿¡Y tú qué haces!?: me ignoras.


    Bueno, por ahora ya es suficiente. Si se me ocurre algún otro ejemplo, lo añadiré en el siguiente comentario. Saludos.


     

  • evilaroevilaro Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV

    Bruderlin:

    Se podría añadir (desde un ángulo técnico), que la raya en casi todos los editores de texto se puede lograr pulsando la tecla [Alt] y pulsar 0151 (que no 155) con el teclado numérico (no con los números que hay encima de las letras.

    O sea, se logra el —.

    Cualquier otro carácter entre los casi 100 000 que existen se pueden lograr con este sistema UNICODE.

    Me están gustado mucho estas explicaciones... deberías ampliarlas

    Emilio

    PD

    Ahora que lo he dicho: con Alt+0155 se consigue el   

    Interprétese como se quiera ;)



  •  :D muy bueno. Gracias por el detalle técnico. Se puede hacer otra macro, pero parece más engorroso que los dos guiones. Creo que es algo personal. Deberían hacer teclados con raya directa. :)
  • evilaroevilaro Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    El sistema que te he explicado es universal = UNICODE y te permite utilizar los 64 000 caracteres diferentes que tiene DESDE cualquier casi programa o aplicación.

    Deberían hacer teclados con raya directa. sí y vocales ya tildadas á é í ó ú ü;)

    Emilio

  • :D Podría haber un simple botón o una macro para tildar hasta nueva orden. 
  • Ah, no, claro. No hasta que aprietes de nuevo. No tildas todas las vocales de una palabra, sólo algunas. Bueno, seguro que el sistema informático te permitiría adjudicar vocales acentuadas a alguna combinación de teclas.
    Saludos.
  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    ¡Hola guapos!
    Hace tiempo dejé esto de la raya de los c... pendiente y nunca me había puesto a comprobar como hacerlo. He seguido vuestras indicaciones y no había manera de conseguir la dichosa rayita. Así que me he ido a buscar donde se encuentra casi todo (hasta como fabricar armas de destrucción masiva, pero no busquéis que luego os investigan) o sea, a san Google. Y he seguido los siguientes pasos.

    En word voy a insertar símbolo, busco el símbolo adecuado que corresponde al código 2014, y lo redefino. He programado mi portatil para que cuando ponga dos guiones (sin espacio ni nada) salga directamente la rayita de los c... Así me ahorro ahora hasta pensar. 
    ;)

    Lo de dos guiones y espacio no sé por qué en mi ordenador no lo cambiaba por la rayita de los c...
  • evilaroevilaro Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado enero 2018
    Gades:

    Probablemente no estoy entendiendo el problema... 

    Si lo que estás tratando de lograr es el carácter —, o sea el guion largo para los diálogos, tipo:

    —¿Hola como estás?

    —Pues yo bien.

    Es de lo más simple y sirve para este foro, para Word y casi para cualquier editor de textos.

    Solo hay que mantener pulsada la tecla Alt y teclear el número 0151, y soltar la tecla Alt.

    Pruébalo... si no es esto, es que no entiendo lo que tratas de lograr.

    Emilio


  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    Uso portatil sin teclado numérico. Esa forma de ponerlo no me sirve. 
    Por eso busqué otra forma de lograrlo. No me sirve para el foro, pero sí en el word.


  • evilaroevilaro Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    Gades:

    Ahora lo entiendo... 
    Efectivamente, sin teclado numérico nofunciona.

    Emilio
     
  • Otra apreciación novata:

    Muchas personas que empiezan, o incluso que llevan años escribiendo, son reacias a leer a otros autores. Desdeñan a escritores publicados, o a otros novatos. El miedo a ser influidos, a perder la originalidad, y la fatuidad de creer que somos muy personales y originales, llevan a este gran error. Y una cierta envidia, por qué no decirlo.

    Terrible error.

    La única forma de aprender a montar un escrito de más de tres páginas es leer a otros autores. Leer a lxs demás no matará nuestra originalidad, pero sí nos enseñará a montar la estructura de una novela.

    Incluso un informe de ventas precisa una estructura. Hasta una carta personal es algo más que volcar todo lo que nos pasa por la cabeza en un papel.

    Solemos tener la idea de que estructuramos nuestros escritos 'por intuición'. Hasta cierto punto es verdad si es que hemos leído mucho. Si no es así, usemos la intuición para las quinielas, pero estudiemos para escribir. 


    Si no se estructura una novela correctamente, quien lea se cansará pronto. No se captará el interés de los lectores (mayormente lectoras, según las estadísticas).


    Incluso escritores de grandes éxitos fallan a menudo en mantener el interés de su  público. Una cosa es que nos enganchen en una parte de la novela, y otra mantener el interés durante toda su lectura. Eso es difícil, y requiere dedicación y estudio. No en vano las grandes novelas se han escrito a lo largo de varios años, revisadas y corregidas repetidamente.


    Es importante contar con lecturas críticas que nos den su opinión objetiva. Es muy importante. En este foro contamos con grupos de lectura que ejercen esta función. Y no es necesario tener experiencia: todo el mundo sabe cuándo le interesa una novela y cuando no. Y es bueno contar con un muestreo adecuado (tu portero, el charcutero, la ejecutiva o la peluquera valen perfectamente, pero más un foro de lectura, naturalmente).


    No sabes la satisfacción que supone darle las primeras veinte páginas a alguien para saber si vas por buen camino, y que te las devuelvan pidiéndote la continuación, porque le han enganchado.

    Y es de buena educación incluir a estas personas en los agradecimientos al final de la novela, lo cual no sólo da un aire profesional a la misma, sino que es de justicia.

    Bien, hasta otra.

  • editado enero 2018

    Otra apreciación novata (2):

    Hay muchos recursos para mantener el interés a lo largo de una novela, pero el principal es que las frases sean atractivas. El primer recurso para que la lectura sea agradable, es que lo sea ( :D ). Las frases han de ser ingeniosas, pero no demasiado largas. Visuales, psicológicas. No confíen exclusivamente en mantener un suspense, pues puede llegar a cansar. Y recuerden el gran truco del maestro del suspense, Alfred Hichcock: tras cada cima de tensión incluía una escena con cierto humor. El humor es importante.


    Un secreto, un suspense, si se mantiene como único leit motiv de una narración, llega a ser cansino. Mantener de verdad el interés en una novela es un tema compuesto, complejo y un arte (el cual no domino del todo, confieso).

    Los últimos Premios Planeta están escritos, en parte, en primera persona, y tratan de introducir a quien lee en la psicología del protagonista.

    También se desarrollan en entornos atractivos. Básicamente, pintan escenas donde a cualquiera le gustaría estar. Y eso hace atractiva la novela.

    Luego, ofrecen secretos o información, lo cual también nutre la mente y produce satisfacción. No hay nada más satisfactorio que llegar a pensar que uno comprende este caos llamado realidad, y, si lo comprende, puede manejarse hasta cierto punto.

    Y luego, ofrecen cierto grado de sadismo, es decir, violencia, peligro, tensión.

    Lo mismo vale para Dan Brown.

    Como maestra de la introspección psicológica está Dolores Redondo y Cehi*.

    Como maestro de frases agradables y relleno atractivo está Carlos Ruíz Zafón y Evilaro* (quien, además, tiene una gran imaginación).

    (* Cehi y Evilaro son colaboradores del foro y participan de los grupos de lectura. No olviden la Poesía de Gades, también colaboradora del foro).

    Pero mezclar todo ello adecuadamente es un arte difícil, y hay que leer mucho a quien lo domina, en todo o en parte. Algunos autores son maestros en alguna de esas facetas, pero hay pocos que las dominen todas. Cuando eso sucede, las editoriales se lanzan cual aves de presa y el triunfo es seguro.


    Hay que leer, leer mucho.

  • Quiero hacer una mención especial a Belinda Starling, fallecida cuando su novela 'La encuadernadora de libros prohibidos' estaba a punto de publicarse.

    Lamento su muerte y la pérdida de tan hábil narradora.
    Vale la pena leerla y aprender cómo hacer grata e interesante una novela.
  • Lo mismo que escribí para la narrativa vale para la poesía.

    La poesía es algo más que una sensibilidad a flor de piel. Es incluso más difícil que la novela. Caminar al borde del abismo de desnudar el alma sin caer en la cursilería (o, incluso, sabiendo cuándo dejarse llevar por lo cursi, que también tiene su lugar) requiere haber leído mucha poesía.


    Un sencillo poema que surja de alguien habituado a leer poesía buena, se detecta bastante rápidamente. Existe un algo imponderable e inasible que diferencia un buen poema de una efusión sentimental.

    Cuanto más sensible es quien escribe, mayor cultura poética debe tener, pues el abismo de la cursilería es negro y profundo. Nunca he llegado a saber en qué consiste la diferencia, pero existe, y se detecta bien pronto.

    Existen personas capaces de bordearlo, tentarlo e incluso amagar una caída en él, sin llegar a desmerecer.


    Es difícil sentar cátedra en Poesía. Que a uno le guste un poema y que sea bueno, son cosas distintas, y lo contrario vale igual. No soy especialista en Poesía, así que dejaré de hacerme el entendido y diré que, en Poesía, también hay que leer mucho.


  • editado febrero 2018

    Otra apreciación:

    No existe ninguna conjura internacional para evitar que Pepito García Pérez sea publicado en alguna editorial.

    Partiendo de esa base, Pepito publicará, antes o después, si su material es bueno. Si interesa y si destaca del montón.

    El montón está formado por personas muy dignas, algunas de las cuales escriben bien, otras muy bien.Y, sin embargo, ¿qué razón existe para que sean elegidas entre el resto del montón? Ese es el punto clave. Veamos: una portada buena, atractiva, del mismo tema que ya hay doscientas. O dos mil.

    Tema histórico, tema policíaco...

    Hay quien tiene suerte, o contactos. Y además escribe bien, eso es fundamental. Pero ha sobresalido del resto por alguna razón, ya sea literaria, o ajena a su calidad literaria. (Tener amigos en una gran editorial o entre los profesionales de la publicidad se considera extraliterario).

    A todos nos gusta tomar un libro del fondo del centro de trabajo y obtener una lectura agradable. Pero la historia de ese libro abandonado en el estante es paradigmática: un libro entretenido, hasta bueno, que se lee bien, sobre todo si es gratis. Pero, aparte de quien lo abandonó en la estantería, ¿alguien pagaría por él? Antes de leerlo, quiero decir. Yo mismo he leído gratis algunos libros por los cuales no me hubiera importado desplazarme a una librería y pagar por él... de haberlo conocido. Pero, antes de leerlo... Umm, no.

    Es muy propio de novatos el desconectar la opción que permite una lectura de muestra, por miedo al plagio (¡cielos, quizá un Premio Planeta va a plagiarme!). Pero, si lo que quieren es darse a conocer y vender, lo mejor es que su potencial público pueda obtener una lectura de muestra, para saber si le va a merecer el gasto.

    Incluso con precios tan económicos como pueden llegar a ser los del libro digital. Existe la pereza del lector, sí, y es un obstáculo.

    Naturalmente, no llegar a publicar no significa que nuestro manuscrito no valga la pena. La Literatura está repleta de buenos libros olvidados (Recuerden el Cementerio de los Libros Olvidados, -- :) --) Quien escribe se ha de sentir satisfechx por haber escrito algo digno y entretenido. Triunfar es otra cosa. Quizá si yo supiera cuál, lo habría hecho :D

    ("Primero vivir, luego filosofar")

  • editado febrero 2018

    Otra:

    Un error del que adolecen mis primeras novelas (incluso El viaje del Destino, actualmente en el grupo de lectura) es no haber definido la trama desde el principio. Eso, incluso escribiendo bien, se deja notar bastante rápido.

    Quien escribe tiene una idea general, que le parece buena, y se pone de inmediato a la tarea. Sabe cómo crear interés, cómo redactar bien, pero la trama se improvisa.

    Eso tiene tres consecuencias nefastas. La primera es que obligará a rehacer la redacción cada vez que se llegue a una bifurcación y la trayectoria que se elija entre en contradicción con lo escrito hasta el momento. Si se introduce un personaje nuevo, si la lógica de los acontecimientos obliga a cambiar lo pensado en un primer momento... Si se está atento, se tendrá que volver atrás y corregir el texto, y si no... ¡quien lea se dará cuenta de las contradicciones!

    La segunda consecuencia, todavía más grave, será la falta de consistencia e interés. Las tramas de las novelas que se han reflexionado antes de empezar a escribir, presentan giros inesperados e ingeniosos, capaces de mantener el interés. Hacerlo a posteriori queda forzado, además de obligar a esas correcciones constantes.

    Incluso en un Premio Planeta que no citaré, las improvisaciones se notan. La trama estaba definida, pero el escritor decidió que algo no cuadraba, que no tenía suficiente consistencia, e improvisó. Y se le nota, lo que no ha impedido que sea galardonado, cosas de la Literatura.

    La tercera consecuencia es que, si la trama no fue definida desde el principio y está sostenida por una estructura, puede que quien escribe pierda el interés, debido a las dificultades de improvisar a cada rato. Por decirlo de alguna manera, hay que inventar los personajes y sus vidas cada vez que uno se pone a escribir, y eso puede hacer que se deje la novela a medias, y no se retome, o se retome años después, obligando a un esfuerzo de ponerse al día y corregir conforme se escriba, volviendo atrás a cada tanto. Si la escritura no se ha definido, no será fluida y eso se notará, en el mejor de los casos si se termina la novela, o no se concluirá nunca.  

    Bien, seguiré en  otro momento.

  • He venido leyendo este hilo y estoy de acuerdo por propia experiencia, aunque sea corta, de que la mejor narración suele ser aquella que se ha preparado de antemano.
    Cuando tengo una idea de lo que voy a escribir, suelo llevar casi siempre un lapiz por si las notas y curiosamente desarrollo borradores con mayor fluidez en las estaciones, en las salas de espera de la seguridad social y en sitios impensables.
    Me viene bien situar la acción en el tiempo y suelo establecer un calendario y unas supuestas efemérides a  través de las que desarrollar la novela, pues en caso contrario me pueden salir churros o hacerse demasiado pronto otro día, o demasiado tarde. También he descubierto que me es útil escribir una semblanza biográfica de cada personaje, con sus cualidades, manías, aspecto, etc que facilita la relación entre unos y otros. Ya con esto escribo una especie de hilo narrativo a grandes rasgos del que no me voy casi, o procuro, aún así y todo siempre aparecen personajes de muleta que demuestran que en mi esbozo de hilo no se había previsto todo.
    Es difícil escribir bien, pero me gusta. Al final supongo que aprenderé.
    ¡Ah coincido en que es bueno leer a colegas noveles, yo lo hago a veces y se aprende a no caer en los mismos errores!
  • Puedes disponer de este hilo para describir tus experiencias. Está abierto a participaciones. Seguro que cada quien tiene cosas que aportar. Saludos y gracias por leerlo.
  • Existe otro motivo para leer mucho a otros autores. Parecerá extraño, pero es algo que sucede a muchos autores y autoras.

    Es bastante habitual en mí el comenzar la trama de alguna novela y, tiempo después, descubrir que se parece bastante a alguna que estaban leyendo mis amigos.

    El propio Michael Connelly fue requerido por la policía debido a la similitud de Nueve Dragones con un crimen auténtico. En el 2009 se habló de ello en la prensa, pero no consigo encontrar la reseña.

    Leer otras novelas puede hacerle ver a quien escribe las similitudes 'casuales' o intuitivas que haya entre sus novelas y las de otras personas, y darle un giro un poco más original a la suya.

    Puede parecer un motivo extraño para leer, pero ahora mismo estoy leyendo El tesoro de los Templarios, de Hanny Alders, y existen algunas similitudes con una novela que tengo a medias. El haberlo leído me ayudará a darle profundidad a la mía y huir de similitudes enojosas.

    Que levante el dedo la persona que escribe y no le haya pasado.

    ('Haberlas haylas', como dicen en Galicia)


  • GadesGades Garcilaso de la Vega XVI
    Yo recuerdo que de joven, de más joven, de muy joven quiero decir, escribí un relato a modo de guión de algo que quizá un día se convirtiera en una novela, tal vez mi primera novela. Un domingo cualquiera iba a enseñárselo a mis fieles y sufridas amigas. Saliendo de misa (fíjense si hace tiempo porque ya ni recordaba que hubo una vez que yo iba a misa) escuchaba a otra chica contar la película que había ido a ver el día antes. Se me cayó el alma a los pies. Me habían cambiado a los protagonistas de sexo, por lo demás era la misma historia.
    Ni que decir tiene que me llevé a mis amigas al cine casi a la fuerza. Tenía que ver esa película. Y mejoré la historia. 
  • editado marzo 2018
    Sí, Gades, eso sucede. Como buena poetisa, se conoce que eres muy sensible.
    Me dijo alguien una vez algo que no comprendí entonces (o me dio miedo comprender): «Lo que piensas es de todos, lo que sientes es tuyo». Bueno, una posible explicación es que es difícil escribir algo realmente nuevo. 
    Pero una vez se presentó en casa de un escritor un explorador de África, muy preocupado, pues en una novela de aventuras, el protagonista mata a un africano a bocajarro desde arriba, mientras intenta huir sujeto a una cuerda mientras el otro le retiene por la bota. La experiencia del explorador había sido similar en todos los detalles a lo escrito en la novela, pero nunca se lo había contado a nadie, avergonzado por su crimen. Lamento no poder dar los nombres, pero es un caso que leí hace muchos años, creo que en El retorno de los brujos, de Louis Pauwels y Jacques Berger.
  • Nueva observación para novatxs:

    La creatividad es lo fundamental para escribir.

    No se aprende en manuales, ni en cursos, ni pagando a un agente literario. Y es un bien escaso en el Mundo Literario.

    La forma, la puntuación, una presentación adecuada, sin faltas de ortografía, con sus acentos y sus puntos correctamente puestos, es sólo el envase de la creatividad.

    Pero un envase muy necesario, por varias razones.

    La primera, porque la obra se escribe para que la lean, y para que disfruten leyéndola.

    No se disfruta teniendo que parar a cada frase para averiguar si la acción transcurre en el pasado o en el presente debido a que no se acentúan los verbos correctamente. Ni se disfruta si se tiene que  adivinar constantemente dónde y cuándo transcurre la historia.

    La segunda: Debido a la escasez de creatividad entre escritorxs que ya han publicado muchas obras, que han visto mermar su originalidad y creatividad --pero que, sin embargo, siguen disponiendo de los conocimientos para montar una buena historia (que ya no se les ocurre), correctamente presentada, y disponen de los contactos editoriales y periodísticos para publicar rápidamente en caso de que sus gastadas neuronas discurrieran un tema original y una buena historia--  quienes escriben y publican en Internet con la esperanza de ser reconocidos y de que alguien les ayude a publicar, corren el gran riesgo de ver su historia, creativa y original, transportada a una gran editorial, pero de manos de otro autor. Es decir, su historia puede ser montada por alguien más hábil y con más medios, a menos que aprendan a montarla correctamente por sus propios medios, a acentuar correctamente (salvo errores), a poner los puntos donde deben, y, en definitiva, llegar a poseer un relato digno de ser presentado a cualquier editorial.

    Eso no asegura la publicación, pero deja buen sabor de boca. Ver tu historia mejor escrita por otra persona en cualquier librería, eso sienta fatal.

    Suerte.

  •      Otra: Para saber cuándo poner un punto y seguido es útil recitar el párrafo en voz alta, dándole una entonación sugerente (o sea, declamando). En seguida veremos cuándo hacemos las pausas. Al fin y al cabo, quien lee para sí sin conocer el texto, se guía por los puntos y las comas y demás signos para darle sentido al escrito. 
          Quien escribe, como ya conoce lo que quiere escribir porque lo ha pensado, suele redactar de corrido, ocasionando esos errores al confundir comas con puntos.
  • ¿Por qué mi novela siempre es breve?

    No es imprescindible escribir una novela larga, pero una breve suele deberse a falta de contenido.

    Se da el caso, frecuentemente, de alguien que siente la fiebre narrativa al imaginar una trama que le parece buena, más que buena. Se vuelca en describir esa trama, pero todo queda en la anécdota puntual y eso llena pocas páginas.

    Sin embargo, en la vida las cosas no son simples. Mil historias se entrecruzan, crean el mosaico de la vida cotidiana. Incluso en circunstancias fuera de lo habitual, los pensamientos y las anécdotas forman un entramado variopinto. Y ese mosaico es el que dota de verosimilitud a una novela o narración.

    Quien escribe debe saber poner a un lado la fiebre de escribir una anécdota o circunstancia, y ponerse en lugar de quien protagonice su historia. De dónde viene, quién es. Quien escribe tiene ya una imagen de sus protagonistas, pero sus lectorxs no son telépatas. Les tiene que describir todas esas circunstancias.

    Además, nadie tiene sólo esa historia puntual y concreta, sino que sus historias son múltiples y se entrecruzan. La trama que da origen al deseo de escribir debe nutrirse y crecer. A la simple idea se le tiene que dar carne y huesos, venas, olores, recuerdos, penas y alegrías, razones y sinrazones.

    Pero también hay que huir de poner relleno por que sí, para abultar la novela. La carne que recubre nuestra idea debe ser la justa, la natural. No buscar circunstancias traídas por los pelos, antinaturales, para abultar un manuscrito y engordar las páginas.

    En resumen, hay que tener paciencia y meticulosidad. Darse tiempo, imaginar, ponerse en lugar de los personajes para descubrir esos detalles que les hacen reales, y no meras caricaturas de sí mismos. Huir de la fiebre, y encontrar gusto en escribir. No tener prisa por terminar una trama que parece genial, por miedo a que la copien, o a que se le ocurra a alguien más.

    Desde que se inventó la escritura, todo ha sido escrito. Lo que tú escribas será distinto por el cómo, no por el qué.

  • Abundando en esto, veo que actualmente los relatos cortos son una corriente en alza. Y está bien. Grandes escritorxs han cultivado ese género... después de haber escrito enormes novelas largas.

    Un relato corto puede ser ocurrente, original. Pero, para ser Literatura, debe ser la quintaesencia del arte de quien escribe. Saber describir un gran tema en pocas líneas, no es poca cosa.

    No se debe escribir relatos cortos sólo por ser incapaz de escribir relatos largos.

    Y, al contrario, un relato largo no es más que la suma de muchos relatos cortos que poseen una línea conductora común. Incluso una gran novela es una serie de relatos cortos. Se puede progresar capítulo a capítulo.

    Así que, si se es capaz de escribir un buen relato corto, se podrá acometer la tarea de una novela. Sólo hay que estructurar, organizar, pensar mucho. Y, luego, escribir mucho. Rectificar, borrar, cambiar.

    Es un gran trabajo, pero la Literatura no es para impacientes.

  • Bruderlin dijo:

    la Literatura no es para impacientes.

    jaja, es mi caso, mi hizo reír, aunque recién empiezo, pero cuando me imagino algo largo me da cansancio, aunque lo que me gusta es relatar para mi, o sea como si fueran diarios íntimos, imprimirlos armarlos en libro y ya. Creo que mas adelante, tal vez tenga esa paciencia, para escribir algo largo aunque tengo uno que lo he empezado y cada tanto lo leo y le voy agregando mas historia. Pero lamentablemente soy así para todo, cuando empiezo algo quiero verlo terminado. Aunque mi idea no es escribir para publicarlo, (pero... nunca digas nunca dice el refrán), lo que si es mi búsqueda de enriquecerme, en la expresión escrita. Ahora ya aprendí lo del guion y la puntuación como va, y que la explicación en el medio de los guiones no tiene separación. Y la verdad, me encanto. Gracias por el aporte. Saludos Bruderlin.
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