Me presento con un humilde poema que le regalé a mi abuelo recientemente fallecido.
El amor y el cariño puesto en él es indescriptible.
Espero que lo disfruten.
Morada es la piel que cubre sus gastadas piernas
manos ásperas de rozar la cara piel del caimán
Orejas caídas de escuchar a su niña llorar
Su pecho protegido con una bata de hospital
Los limoneros tienen sed y no los puede saciar
La bicicleta oxidada no hace más que recordar
a aquellos niños que daban brincos
el cristal que se enmudece
las postales que hace años le escribió
a un liguero de mujer.
Y desaparecen los peldaños de la finca
olvidando por completo a un pasado caballero
con cinturón de cuero y quimeras en el sombrero.
Y polizontes mandatarios que dirigen
siempre saben acertar cuando
alcanzas tus sueños.
Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar
Por tus venas viaja
un barco de cristal
que todos olvidarán.
Nadie recordará al anciano
estropeado y acostado
en esta cama de hospital.
Pero yo canto hoy
por tu gracia
el gusto de tu boca
y tu valiente alegría.
Tardará tiempo en nacer, si es que nace,
un valenciano tan claro y tan brillante
tan sabio y mandatario de
los fusilados en el paredón.
Por eso canto tu armonía y tu dulzura
con palabras
que gimen de miedo
que no imaginan ni perdonan
que estos versos
expiren ahora…
Comentarios
Serí un honor que alguien de este foro lo visitase y comente que le ha parecido.
Muchas gracias a todos y un abrazo literario.
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