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Exilio

ArcreArcre Anónimo s.XI
editado junio 2016 en Ciencia Ficción
Me desperté sudoroso, agitado y sin comprender como podía ser que ese sueño tan terrible me persiguiera por años. Miré el reloj y comprobé lo que ya sabia, nuevamente no había logrado dormir más de 2hs, me levante de la cama y fui directo a buscar un vaso de agua fresca, estaba tan ensimismado en tratar de recordar algo nuevo del sueño que no repare en la figura que se encontraba a mi derecha. No podía entender como era posible que soñara noche tras noche sobre personas corriendo, alejándose desesperadamente de algo que yo no podía llegar a ver por el gentío hasta que me encontraba arrojado en el suelo, inmovilizado, por alguien tan fuerte que no sabía como reaccionar. Y ahí es cuando me despertaba, no comprendía si mi atacante era un ser peligroso o no.

Cuando volví en sí, deje el vaso para volver a mis libros y fue ese momento cuando lo vi, corpulento, gigante y con la sonrisa más siniestra que vi en mi corta vida. No sabia quién era y qué hacía en mi hogar, solo supe que debía huir lo antes posible y es exactamente lo que hice pero no llegue muy lejos ya que me vi detenido rápidamente por una enorme mano.“¿Donde crees que vas?” me dijo tan lentamente que hizo que mi vello se erizara. No respondí, ambos sabíamos la respuesta. “Ve y trae tus escrituras, no hagas nada estúpido y no tendré que matarte” volvió a decirme de la misma manera, yo sabia de que me hablaba pero no estaba dispuesto a hacerlo por lo que “¿Qué escrituras?” respondí. “Si lo que deseas es vivir, trae tus escrituras y un bolso de viaje” en un tono duro, en un tono que admitiría replica. Asustado hice lo que me ordeno, bajo su mirada. “Es hora de marcharnos” lo escuche decir bruscamente y fui tras él.

Después de viajar una hora en mi coche, no pude soportar más el silencio, la tensión que percibía en el aire, decidí hablar. “¿Donde vamos y por qué debo llevar mi bolso sí de todas formas me vas a matar?” espere tanto tiempo que no creí que llegara a responder, tenía una expresión relajada, nada de él delataba haber escuchado mis preguntas, estuve tentado a repetirlas “Todas tus dudas serán despejadas en cuanto lleguemos” mis pensamientos fueron interrumpidos por su voz tranquila. Su postura, su expresión y su indiferencia indicaba que era un hombre seguro de sí mismo. No lograba comprender porque debía llevar un bolso con ropa de cambio y artículos de higiene personal, era más que obvio que me iba a desaparecer, sabían sobre lo que escribía por que también debían saber que estaba a un paso por delante de ellos… Hasta ahora.

En algún momento del viaje me dormí, puesto que mi ultimo recuerdo era observar la carretera a plena luz del día pero ahora me encontraba en la penumbra, rodeado de arboles. “Estamos por llegar” dijo una voz a mi izquierda, me gire y recordé en la situación que me encontraba. Tal como dijo, llegamos a una especie de castillo victoriano el cual se encontraba difícil de ver por la espesa vegetación que se encontraba a su alrededor y la oscuridad que nos rodeaba. Cuando llegamos a la entrada nadie salio a recibirnos, nos bajamos y espere sus indicaciones al lado del vehículo pero el parecía no percatarse de eso ya que entro al castillo sin una mirada, palabra o gesto alguno, por lo que después de 10 minutos opte en tomar mis pertenencias y seguirlo.

Era un lugar muy rustico, se encontraba mucha gente bajando y subiendo las escaleras, esperando al lado de una puerta, otras sentados en sillones conversando, leyendo. En ningún momento pensé que cuando me secuestraron iban a llevarme a un lugar como éste. Hasta que me di cuenta que todas estas personas llevaban un revolver enfundado en su cintura, ahora sí parecía mas un lugar peligroso.

“El jefe quiere hablar con vos” me gire y me encontré con mi secuestrador, lo seguí y nos encaminamos hacia una puerta que se encontraba cerrada, dio unos suaves golpes a la puerta y se retiro, lo observe desconcertado mientras la puerta se abría y salia un hombre corpulento “Pasa” dijo de una manera demasiado brusca y siguió el mismo camino que mi secuestrador. Entre a la habitación en la cual se encontraba un hombre canoso detrás de un enorme escritorio, me observo con una mirada extraña y me dijo “Toma asiento” mientras señalaba una silla del otro lado del escritorio y espero hasta que lo hice para imitarme. “¿Por qué crees que te encuentras aquí?” me dijo con una mirada expectante, me estaba analizando. “¿Sera porqué fui secuestrado al amanecer, en mi propia casa?” respondí evasivo. Se rió arrastrando el sonido, el cual no duro mucho ya que rápidamente se puso serio y replico duramente “Nada de juegos, no me encuentro con el tiempo suficiente” nos observamos hasta que comprendí que no valía la pena luchar, iba a morir de todas formas. “Quieren algo que yo tengo- me arqueo una ceja- bueno, quieren saber como hago para tener lo que tengo”, y el sonrió con satisfacción y dijo “Ahora nos estamos entendiendo, ahora dímelo” y es justo ahí cuando comprendí que lo mejor era llevarme el secreto a la tumba “No lo creo, no diré una palabra más sobre esto”, estuvimos así, discutiendo de una manera calmada, revisando mis escasas pertenencias, aproximadamente una hora pero gane, no logro sacarme nada de información.

Trascurrieron dos días desde que llegue a este lugar, me encontraba en una agradable habitación, bien alimentado pero aislado, nadie me dijo una palabra. No intente huir, mi ventana era grande pero me encontraba a unos 10 metros del piso, nunca nadie se encontraba fuera de la casa, los autos eran retirados de la vista delantera, ni siquiera barrían las hojas de los arboles, es como si quisieran aparentar que la propiedad estaba en abandono.

Cuando vinieron a buscarme para volver a tener un encuentro con su jefe, había transcurrido una semana, de la misma forma, alimentado y aislado. Cuando me encontré frente a este hombre lo mire directo a los ojos y el sonriendo me dijo “Pasaste la prueba, si lo que quieres es vivir debes permanecer aquí- mi expresión había cambiado, me encontraba desconcertado- sabemos que tus escrituras eran avisos a posibles desaparecidos, sabemos que ayudaste mucho a nuestra sociedad bajo el anonimato pero hay gente que sospecha de tus actividades ilegales, nos encontramos en una etapa dura, leyes duras y autoridades duras por lo que debes decidir si quieres exiliarte aquí o correr el riesgo de ser asesinado”.

Y aquí me encuentro, tras un escritorio, escribiendo un libro, el libro de lo que fue vivir en el exilio, ayudando gente desde ese “peligroso castillo”, durante 5 años.







Arcre.

Comentarios

  • rogerdvrogerdv Anónimo s.XI
    editado abril 2016
    Unos pequeños detalles, en mi opinión:

    Cuando volví en sí me suena un poco raro. El/Ella pueden volver en sí, pero Yo/Tú... no me parece.
    Utilizas la palabra puerta 3 veces en dos líneas. Se puede reformular el párrafo para que exprese lo mismo sin tantas reiteraciones.
    no me encuentro con el tiempo suficiente: alguna razón para no decir "no tengo el tiempo suficiente"?

    En cuanto al relato, no soy un experto en análisis, pero según mis clases del taller literario, todo cuento debe tener un conflicto, y un desenlace (si solo tiene conflicto es una viñeta, por favor, que alguien me corrija). He leído tu texto dos veces y no capto el conflicto, simplemente a alguien lo secuestran de su casa porque tiene algo, y luego se queda allí donde lo llevaron para que siga haciendo ese "algo". Quizás se podría argumentar que el conflicto es que esos misteriosos personajes quieren ese "algo", pero si es así, no está presentado con claridad.
  • ArcreArcre Anónimo s.XI
    editado abril 2016
    Les cuento, concurro a un colegio con el bachillerato en Ciencias de la Comunicación Social, ustedes diran "A nosotros qué nos interesa?!", la cuestion es que esto fue una tarea para aprender a escribir crónicas informativas. La cual mi pareja la leyo y como le gusto, me animo a publicarlo y así lo hice, mi error fue... Escribirlo rápido sin leerlo y corregirlo.

    Aprecio demasiado sus opiniones y la verdad que me sirven, ya que me gusta escribir.

    Ahora voy a leerlo, corregirlo y volver a publicarlo.

    Muchas gracias.
  • evilaroevilaro Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado junio 2016
    Pues está bastante bien...

    Animo

    Saludos

    Emilio
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