¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

El Peluche de Elena (por Carlos Serrano)

CarlosSerranoCarlosSerrano Fernando de Rojas s.XV
editado julio 2015 en Narrativa
EL PELUCHE DE ELENA

"¿Qué es, pues, el hombre, ese semidios tan ensalzado? ¿No le faltan las fuerzas cuando más las necesita? Y cuando bate sus alas en el cielo de los placeres, lo mismo que cuando se sumerge en la desesperación, ¿no se ve siempre detenido y condenado a convencerse de que es débil y pequeño, él, que esperaba perderse en el infinito?" Me mira Elena, tras leer el fragmento de Goethe que he escrito para regalárselo, y me suelta un beso, en la mejilla, donde más lo deseo. Y su abrazo cuelga ahora de mi cuello mientras su frente pura se apoya en mi cara y puedo olisquear su cabello...Luego la beso en la frente, en ambas mejillas, su nariz, su barbilla...me la como a besos. Y me miran, sus ojos, la gloria les pertenece, y los miro, qué suerte la mía.

Échate con tu belleza blanda de niña y aunque ya no eres una niña tu carne blanca se sonroja ante las caricias impuras. Y sonríes traviesa y perezosa, divertida, porque pongo cara de tonto cuando te veo tan bonita.

Desde que te conocí no busco gloria ni fortuna. Solo tu cariño. Qué más podría desear, y no es poco. Que tengo miedo de que me lo roben, mi mayor tesoro. Que no ambiciono otros cuerpos ni otros sexos, porque el tuyo se ha convertido en mi sagrado templo. Todo lo que me importa lo guardas entre tu piel y tus huesos. Cada día que pasa te me haces más imprescindible. Si pudiera dejar de dormir tendrías tu propio ángel de la guarda. Si no durmieras conmigo que infinita sería cualquier cama.

Y no encuentro palabras que estén a tu altura, versos para dejarte sin habla, escribiría obras maestras y sin embargo... no tengo ese talento. Lo siento, de veras. ¿Qué podría hacer para demostrarte cuánto te quiero? Ah, si. Estar a tu lado. ¿Sólo eso? ¿Te sobra y te basta? Pero si soy poca cosa y encima muy cobarde. Tanto miedo a perderte cuando tanto me costó encontrarte...

Si, estoy aquí. A tu lado. Para lo bueno y lo malo. Tan egoísta. Deseando que pilles un resfriado y así cuidarte como si fueras mi niña. En la cama, solo a mi alcance. Hazme tu peluche, apríetame, y no me sueltes, nunca. Jamás.

Comentarios

Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com