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Disertando sobre la nada

LegendarioLegendario Fernando de Rojas s.XV
editado diciembre 2014 en Ensayo
Es difícil definir algo que no se ve ni se toca, que no pesa, que no huele, que no se siente, que no se puede morder, por más que intuyamos su existencia.

Antes que otra cosa, procedamos a ubicarla en el mundo de los no-objetos: la NADA es pariente cercana del cero, del vacío absoluto, de la carencia total, de la ausencia de cualquier cosa, de la naturaleza de los agujeros.

Continuemos con el profundo análisis:

¿Cómo podemos definir la NADA sin usar el término “nada”?

Según Schopenhauer en su libro Esencia Filosófica de las Incongruencias, todo ente posee necesariamente una esencia. Si la nada es a-esencial, es obvio que no la podemos definir como un ente, sino como todo lo contrario. Pero, ¿qué es lo contrario de un ente?

Recurramos a la sabiduría de Lao Tse, quien se atrevió a responder a esa complicada pregunta planteada siglos antes por uno de sus discípulos*. Él dice que los entes se clasifican en entes y anti-entes. Los anti-entes son las contradicciones de los entes, pero al hacer esta profunda aseveración omitió definir el término CONTRADICCIÓN, así que prácticamente aumentó la confusión cognitiva de los filósofos que lo sucedieron, yo entre ellos.

* obsérvese que la obsesión por definir la NADA es muy antigua y generalizada, no sólo mía.

Bertrand Russell considera, en su libro Las Perspectivas de lo Absurdo, que la NADA es perfectamente tangible, precisamente por su falta de tangibilidad. Según él, cuando estamos tocando algo y de repente dejamos de tocarlo, es ahí en donde la NADA se hace presente. Suena lógico, pero esta definición posee un engaño cognitivo: una cosa es que toquemos la NADA y otra muy diferente es que dejemos de tocar algo. Hay que tener cuidado con los filósofos, pues en su afán por poseer la verdad, nos marean con terminajos ininteligibles.

Según el prestigiado filósofo suizo Charles Bonnet –más ubicado-, NADA se puede finalmente definir como todo aquello que semeja el contenido de los agujeros del queso Emmental. Coincido mucho con él.

Claro está que pronto, ante una definición tan determinante, aparecerán todo tipo de detractores que me dirán que los agujeros del queso poseen olor, pero los científicos de la Universidad de Lausana han demostrado que dicho aroma procede del queso, que no es de los agujeros de donde se desprende. Refuerzan, por lo tanto, las profundas aseveraciones de Bonnet y mis creencias más íntimas.

Y así, estando yo completamente inmerso en esta profunda y erudita disertación filosófica, aparece mi mujer en bata y despeinada, preocupada porque aún no me he acostado a las 3 de la mañana.

Le explico la profundidad de lo que estoy analizando, rodeado de pilas de libros abiertos que dificultan el paso en mi biblioteca. Me observa cuidadosamente y tras de un minuto de meditación, libra por fin la definición más satisfactoria de la NADA que jamás hube leído o escuchado.

Así, viéndome profundamente a los ojos, me dice:

“NADA se define exactamente como el contenido de tu cerebro.”

Entonces bajo la cabeza y humildemente me voy a dormir.

Comentarios

  • FedraFedra Pedro Abad s.XII
    editado diciembre 2014
    Hola!
    Me gustó tu relato.
    Yo creo que " La nada" es todo lo desconocido. Por eso no puede tener definición.
    Sólo se que existe por ley de oposición. Existe el universo de todo lo que conozco y existe un universo contrario que no puede ser nombrado, pues al momento en que se lo nombra pasa a pertenecer al universo de lo conocido.

    Saludos.
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