Todos se sientan alrededor,
se miran con pudor,
se cuentan cuentos,
y se arropan con amor.
Sobre las rodillas sujetan el peso,
de alguna pesada roca que les sucumbió,
les demolió, para más adelante abrirles los ojos,
el corazón o el no perdón.
Una fría mirada observa todo,
captura los detalles,
y se esconde tras un viejo árbol.
Ahora ya no quiere nada,
de lo que una vez fue se olvidó,
ahora siente frío en los párpados, pestañas.
El resto no se inmuta, siguen charlando,
riendo, la vuelta atrás se hace cada vez,
más difícil para la turbia mirada,
ya no le afectan las lágrimas.
Mientras todos se abrazan ella se marcha,
hacia el frío del bosque, sin camino,
pues camino se hace al andar.
Le aburría la vieja conversación,
ahora prefiere la masturbación.
Comentarios
Sinceramente, me gustaría descubrir a qué bosque ella se retiró, para salir en su búsqueda, y llevarle una cesta de víveres (que incluya dulces, frutos secos y vino), amén de ofrecerle un juguetito dildo, o, si acaso ya tiene, para llevarle pilas de repuesto.
Más de uno y una debiera tomar ejemplo de ella. Y tomar senda hacia una vida auténtica en lugar de continuar muriendo de vida no vivida.
¡Abrazos!