Él tiene el pelo de un color negro como el carbón. Mis dedos acompasados entre sus mechones.
Los ojos verdes mezclados con un indescriptible y mágico marrón.
Es poesía. Mirarle.
Los pájaros cantan al verlo llegar. Los pájaros de la ausencia. Los pájaros que me habitan. En la memoria. Y el alma.
Cada beso que me daba era música. Música para cada uno de los poros de mi piel.
Me estremezco.
Lo deseo.
Marchito, roto, apagado y triste.
Lucero de amor.
Quiso ser y no fue. Quiso creer y no creyó.
Lo amé, lo amo y lo amaré. O eso dice mi conciencia... Susurrando.