Una larga y prospera vida tendría que ser lo que todos ansiamos, una existencia de gozos y alegrías, de sueños cumplidos y amplias veladas en la que las que la luna se duerme y amanece el Sol encontrándonos juntos, más unidos que el día anterior.
Pero con ello no nos conformamos, admitámoslo. Somos codiciosos, amantes de lo prohibido y delatores de los pecados ajenos. Somos estúpidamente imperfectos buscando la pócima de la perfección y en el momento en el que alguien hace algo que podemos llamar perfecto lo adoramos sin cuestionar si es realmente lo es.
Así como niños pequeños buscando un modelo al que copiar sus pasos, no dejamos a nuestro cerebro cavilar, simplemente la llenamos de estúpidos datos que nos deberían servir para un futuro y que nunca nos sirven más que para haber perdido parte del tiempo de una corta vida.
Más corta a medida que pasáis los ojos por estas líneas, no lo penséis, simplemente es así.
Si yo fuera vosotros me sentiría un poco insultado como si alguien se estuviera riendo de mí al escribir esto, como si ese alguien fuera superior.
No os sintáis así, solo soy una persona más que tras un delirio de grandes, tras ver una estúpida película sobre un escritor ha decido intentar cumplir su sueño…
Una vez más…
No sé si conoceréis esa sensación de buscar tu nombre en internet y encontrar que el resultado de la búsqueda eres tú, que sales, que eres esa, que alguien ha pasado su tiempo investigando sobre ti como cuando tú lo hacías de pequeña sobre autores e investigadores…
Y sin embargo que sea un sueño, ver como divagas sobre un trozo de papel que podría ser el resumen de una vida tan vacía como la propia página.
Darte cuenta de que aunque sabes escribir a la perfección una de cada cinco tildes no las pones en el ordenador, que cuando alguien pasa a tu alrededor cuando estas escribiendo paras y lo guardas y por último darte cuenta de cuan vulnerable te sientes al mostrar el resultado de una noche en vela.
Saber que a mucha gente le dará igual, que se reirán de tus sentimientos, que te intentaran herir sin saber lo que es sentarse delante de una hoja y querer abrirse de una forma mucho más compleja que cogiendo un machete y cortarse un dedo.
Pero aun así, continuar, no rendirse ni esperar milagros. Seguir haciéndolo porque te hace feliz, te sientes bien cada noche al caer exhausta dejando a tu querido portátil en la mesita o en suelo.
Sin embargo, aunque gustaría compartir ese sentimiento con todo bicho viviente, pero no lo haces, porque ¿para qué? Si tú has encontrado la forma de satisfacer esa ansia de crecer como persona y como lectora, ¿por qué no le van a encontrar ellos?
Además has llegado a la conclusión de que nadie ansía lo mismo, ya que sino este mundo de locos sería demasiado cuerdo y la verdad… La verdad nunca existiría, eso no lo dudéis.
Así os lo dejo, para que razonéis vuestra forma de existir, ¿sois de aquellos que se quejan de sus vidas pero en realidad temen cualquier cambio o sois de los que cambian vidas y desean ser cambiados?
Comentarios
Nunca reflexiono sobre lo que preguntas, será que poco me quejo, al fin que con hacerlo sino hacemos nada para cambiar de nada vale hacerlo.:cool: