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Escritor:

Alhaken IIAlhaken II Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
editado julio 2013 en Otros
No me vengas con historias de escritor famoso.
No me abrumes con la escena del autor sentado en un rincón improvisado recetando pendejadas al lector ocasional que pasea por la feria de libreros ambulantes.
Paso de tu imagen firmando libros ya editados, adornando cosas que ya no te pertenecen porque ya dejaron de ser tuyas; ya son objetos de consumo, de la industria del consumo a la que tu no perteneces aunque te empeñes.
Te ignoro como fetiche del gran hermano que necesita cuerpos tangibles que manosear y ofrecer a la gente que paga por su angustia y que rebusca en el vertido de la fama, su necesidad visceral de idolatrar.
Serás un nombre en las páginas de un libro que citarán a coro los niños de colegio señalado por la pluma preñada de intereses.
Formarás parte de preguntas de un examen y tu nombre circulará de mano en mano como una falsa moneda,
Serás un adorno floral, una calle perdida de un barrio perdido, una estatua de parque, quieta y silente incapaz de librar su cabeza de pintadas y de excrementos de palomas.

Tu eras distinto, eres distinto: estás bendecido por los dioses.
Tu tienes dentro las maneras, el crisol donde se funde el metal de lo inefable, el volcán que oculta en su pecho lo sagrado, el fuego sublime de lo eterno.
No te engañes, la lava no es más que el testimonio, el vómito residual del gran misterio, la escoria marginal de lo divino, la basura que queda para comerciar con el asombro, la perplejidad y la estulticia.
Huye de ahí, aún tienes tiempo.
Corre de la risa que te tiene entretenido, del abrazo que te acoge caluroso, del canto de sirena que te arrulla.
Busca en el desván de tus principios los resortes que tienes escondidos y ten la valentía de liberar tu alma de la tenaza que te obliga a yacer con la rutina, a amancebarte con el qué dirán, a besar el mármol de lo muerto.
Quítate las ropas convencionales, las que te tienen prisionero de lo simple, y deja pasear a tu espíritu desnudo por los sueños infinitos de la creación y el arte.

Comentarios

  • ymaskaymaska Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado junio 2013
    Me gusta el enfoque, y perdona por el escrito mío anterior pero es una forma de experimentar.
    Yo pensaba provocar pero a la vez confiaba que el margen de imaginación fuese mayor, todo al final es cuestión de estigmas.
  • SinrimaSinrima Miguel de Cervantes s.XVII
    editado junio 2013
    Alhaken II escribió : »
    No me vengas con historias de escritor famoso.
    No me abrumes con la escena del autor sentado en un rincón improvisado recetando pendejadas al lector ocasional que pasea por la feria de libreros ambulantes.
    Paso de tu imagen firmando libros ya editados, adornando cosas que ya no te pertenecen porque ya dejaron de ser tuyas; ya son objetos de consumo, de la industria del consumo a la que tu no perteneces aunque te empeñes.
    Te ignoro como fetiche del gran hermano que necesita cuerpos tangibles que manosear y ofrecer a la gente que paga por su angustia y que rebusca en el vertido de la fama, su necesidad visceral de idolatrar.
    Serás un nombre en las páginas de un libro que citarán a coro los niños de colegio señalado por la pluma preñada de intereses.
    Formarás parte de preguntas de un examen y tu nombre circulará de mano en mano como una falsa moneda,
    Serás un adorno floral, una calle perdida de un barrio perdido, una estatua de parque, quieta y silente incapaz de librar su cabeza de pintadas y de excrementos de palomas.

    Tu eras distinto, eres distinto: estás bendecido por los dioses.
    Tu tienes dentro las maneras, el crisol donde se funde el metal de lo inefable, el volcán que oculta en su pecho lo sagrado, el fuego sublime de lo eterno.
    No te engañes, la lava no es más que el testimonio, el vómito residual del gran misterio, la escoria marginal de lo divino, la basura que queda para comerciar con el asombro, la perplejidad y la estulticia.
    Huye de ahí, aún tienes tiempo.
    Corre de la risa que te tiene entretenido, del abrazo que te acoge caluroso, del canto de sirena que te arrulla.
    Busca en el desván de tus principios los resortes que tienes escondidos y ten la valentía de liberar tu alma de la tenaza que te obliga a yacer con la rutina, a amancebarte con el qué dirán, a besar el mármol de lo muerto.
    Quítate las ropas convencionales, las que te tienen prisionero de lo simple, y deja pasear a tu espíritu desnudo por los sueños infinitos de la creación y el arte.

    Bueno, igual exageras un poco en la primera parte.Admitiría ese rigor para quienes buscan dar crédito a su obra - o más bien exaltar su vanidad- mediante la publicación en papel impreso o libro electrónico.Crédito del que muchas veces carece la obra, y creen que por el hecho de estar editada se adquiere. Pero recordemos que "el hábito no hace al monje" y que con la autoedición han salido al mercado del libro obras muy malas o mediocres, incluso con faltas de ortografía y de sintaxis.
    Esas personas, aficionadas a la escritura pero no cualificadas, están encantadas con todo el trajín que se monta de presentaciones, firmas, pequeñas reseñas en algún diario local, etc.Todo eso alimenta su ego y lo necesitan.Es gente que cree así llegar a la fama entre los de su entorno.Pero sabemos que la autoedición, incluso la edición, no son garantía de calidad de la obra.

    Es diferente el verdadero creador de una obra literaria o de otro arte, que escribe libremente, sin ceñirse a convencionalismos y modas de temas y estilos.Que no se somete a las exigencias editoriales contrarias a sus principios.

    Claro está que una cosa es crear como necesidad del espíritu de trascender y comunicarse con los lectores, y otra bien distinta es el que escribe por la
    necesidad perentoria de ganarse la vida y está obligado a escribir lo que se vende según el gusto domesticado de la gente, o de la línea editorial de la empresa en la que trabaja.

    Me ha gustado este tema, muy a cuento en un foro de literatura donde tanta gente pelea por encontrar quién y cómo editará lo que escribe.

    Un beso.
  • LeosLeos Fernando de Rojas s.XV
    editado julio 2013
    Aunque encuentro alfo forzada la forma, tratas un tema muy interesante y, como ya te han dicho, apropiado en este foro donde vemos que hay bastante gente que anhela encontrar una editorial para publicar su obra.

    Me gusta especialmente tu invitación a liberarse de todas las ataduras convencionales a las que someten algunos su creación creyendo que así tendrán más éxito:

    "Corre de la risa que te tiene entretenido, del abrazo que te acoge caluroso, del canto de sirena que te arrulla.
    Busca en el desván de tus principios los resortes que tienes escondidos y ten la valentía de liberar tu alma de la tenaza que te obliga a yacer con la rutina, a amancebarte con el qué dirán, a besar el mármol de lo muerto.
    Quítate las ropas convencionales, las que te tienen prisionero de lo simple, y deja pasear a tu espíritu desnudo por los sueños infinitos de la creación y el arte".

    Si se escribe para que nos lean, hay otros caminos que no pasan por una editorial, como son los blogs.

    Saludos.
  • ArroyoArroyo Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2013
    Hola, Alhaken II.

    En este escrito dices algunas verdades muy apropiadas y dignas de tener en cuenta en este foro de aficionados a la literatura.

    Me parece oportuno y cierto lo que expones pero, tal vez, te muestras demasiado contundente al mostrar dos tipos de escritores y sus aspiraciones, y rechazando a los que, en sus ansias por ver su obra editada, se someten a la conveniencia de las editoriales o pierden su creatividad en aras de "lo que se vende". Pierden su condición de artistas, es verdad; se rinden a sus flaquezas humanas. No escriben para comunicarse con los demás o simplemente ser leídos y escuchados; hay en ellos un afán de llegar a la fama para satisfacer su ego, pero seamos comprensivos con su ingenuidad: es rarísimo que la alcancen, pues no está el mundo editorial para correr riesgos.
    Yo les aconsejaría que publiquen en los foros y en sus blogs y tendrán lectores.
    Saludos.
  • ZeildouxZeildoux Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2013
    Brutal pero real, como real es la envidia humana. En el fondo todos "queremos" ser "famosos" por nuestros actos y en muchas ocasiones eso supone dejarse seducir por el capital. Lo que hay que plantearse es lo siguiente: ¿queremos ser conocidos y a la vez esclavos o bien ser libres y no ser recordados? Dificil decisión.
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