¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

El Bávaro

245

Comentarios

  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2013
    Gracias Suina por el comentario!!!

    Pues la verdad me encantaría hacer eso que dices. Pero no tengo ni idea de cómo y a quién enviarle la obra, así que, aunque sería bonito, me temo que es imposible.

    Gracias por leerlo!!! :)
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado julio 2013
    Bueno, yo tampoco soy experta en esto, a los que escribimos se nos suele dar muy mal el lado comercial.
    pero mira, internet es un amplio mundo de posiblidades, busca direcciones de televisiones, locales y nacionales, mándales 2 o 3 episodios par aque vayan hacienod boca ( doscientos tres no eh?), ofrecete como guionista , diles que tienes escrito un montón de ellos( son muy bueno, son geniales, si yo tuviea una cadena de tv te contrataria fijo).
    No se pierde nada por intentarlo.
    Oye, si te llaman quiero mi diez por ciento ¿vale?
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado julio 2013
    O mejor aún con las radios
    También con los periódicos y presan, comienza por la de tu pueblo, provincia, ciudad....
    ay me está gustando esto de ser manager
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2013
    Suina, me encantas!!!! En serio, te nombro representante!!!! Tendrás un 25% de lo que consigas. Yo de eso no tengo mucha idea, pero veo que tú sí. :)
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2013
    VIII

    -Achtung!- dije al fin, para arreglar la situación-. Berlin!

    El taxista frunció leve el ceño, pero no cambió de dirección.

    -Berlín! Berlín! He dicho Berlín.

    Me giré hacia los portugueses, que sonreían.

    -¿Cómo se dice Berlín en alemán?

    -No lo sé- dijo él.

    -Tal vez Bonn- dijo ella.

    -Sí. Es posible.

    Miré al taxista, que seguía concentrado en su carretera.

    -Achtung! Bonn!

    El intrépido conductor tomó la salida de la derecha y volvió en dirección a Berlín.

    -Eso es- decía yo, alegre.
    -No, no- repuso el portugués- Bonn es otra ciudad. Berlín y Bonn son ciudades distintas.
    -¿Cómo lo sabes?
    -Porque lo he visto en un mapa.
    -Eso es. Un mapa. Con un mapa podríamos indicarle.
    -Pero no tenemos ninguno.

    Pasamos por delante del aeropuerto. El conductor comenzó a emitir una especie de risa involuntaria. Pensé que estaba calculando cómo de grande iba a ser la casa que se comprase en Mallorca. Dejamos atrás el aeropuerto y seguimos dirección a Bonn. Pasaron quince minutos sin que nadie dijese nada. El conductor comenzó a silbar. Supuse que, a esas alturas, ya tenía seguro un ático e iba camino de comprarse una mansión. De pronto tuve otra idea. Mi mente se iluminó. Eso es, me decía.

    -Achtung!- grité- Bayern!

    El conductor emitió una sonora carcajada. Deduje por la saliva de la comisura del labio que ya se veía con piscina en Mallorca. Salió de la carretera para tomar el cambio de sentido.

    -¿Qué hace?- me gritaron desde atrás- ¿está usted loco?
    -Tengo un plan.
    -¿Y qué culpa tenemos los demás?
    -Observad el panel de control.
    -¡Vamos a ciento cincuenta kilómetros por hora!
    -Observad ahora el indicador de gasolina.
    -Está casi vacío.
    -Eso es. Dentro de poco tendrá que parar a repostar.
    -¿Y qué?
    -Que cuando lo haga ¡Zas! ¡Nos escapamos!
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado julio 2013
    Trato hecho.
    25 % no está nada mal.

    jajja ...calculando como de grande iba a ser la casa que se iba a comprar en Mallorca...:p
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2013
    Gracias, como siempre, por el comentario!!!! :)
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2013
    IX
    -Pero ¿Entonces? ¿No vamos a pagar?

    Respiré hondo. Viajar en el asiento delantero te permite fijarte en todos los detalles.

    -¿Tenéis dinero suficiente
    -Si la cantidad no es muy alta...

    les indiqué el taxímetro. Marcaba casi tres mil euros.

    -¡Madre minha!- dijo ella, recuperando un idioma del que se había olvidado.
    -Nos escapamos.

    Volvimos a pasar junto al aeropuerto y volvimos a dejarlo atrás. Se encendió la luz que indicaba falta de gasolina y los tres dimos un grito de satisfacción. El conductor, por una vez, dejó su aire concentrado para mirarme de reojo. Yo sonreí y saludé con la mano, para que no sospechara. Volvió la mirada al frente. Al poco vimos la silueta de una gasolinera. Levanté los brazos en señal de triunfo, y ellos se dieron un torpe beso en los labios, pero el taxi siguió adelante. Observamos, con la mano en los cristales, cómo se alejaba nuestra única esperanza.

    Aquello era como una pesadilla. No, era peor. Porque de las pesadillas se sale al despertar, en cambio de aquel taxi no había forma de salir.
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado julio 2013
    jeje....pobrecillos! ...atrapados en un taxi...y el contador corriendo...

    Ya sabes...te sigo.
  • Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
    editado julio 2013
    Hola Moises.

    El relato es absurdo e irónico, con detalles de humor, bien narrado, donde los protagonistas actúan de manera ilógica en un contexto que también lo es. Eso no es nada fácil de lograr y tu sabes hacerlo de manera natural y sencilla.

    Creo que todos los capítulos tienen algo que destacar, sin embargo- y esta es solo mi opinión- me quedo con el primero sin la continuación, porque considero que el final que habías dado a un relato corto y absurdo, estaba muy bien logrado.

    Pero insisto, en cada uno de los capítulos se encuentran magnificas perlas.

    Se nota que tienes mucha imaginación y sabes sacarle provecho. Un saludo.
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2013
    Gracias Suina!

    Lara, seguramente tienes razón. El primer capítulo era un relato en sí mismo. Después me pregunté hasta dónde podía llegar con esta historia, y en eso estoy!

    Gracias por comentar!
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado agosto 2013
    X

    -Ya son más de tres mil euros- dijo el portugués.
    -Es decir- añadí- mil euros cada uno.
    -¿Cómo mil euros? Querrá decir mil quinientos euros.
    -No- aclaré- mil quinientos multiplicado por tres da un resultado muy superior a tres mil.
    -El error- me explicaron- está en que divide entre tres y no entre dos.
    -Claro que divido entre tres ¡Somos tres!
    -Se equivoca. Somos dos.
    -Exacto. Mi marido y yo estamos casados por la iglesia católica, y como bien dijo el sacerdote, de dos pasamos a ser uno.
    -Tenemos una identidad jurídica única.
    -Hacemos la declaración de la renta conjunta, no le digo más.

    Intenté protestar, pero hablaban muy rápido.

    -No nos cree ¿verdad? Pues le vamos a hacer una demostración. Yo no llevo monedero.
    -Exacto. No lleva monedero porque siempre pago yo.
    -Bueno- carraspeó ella- tampoco siempre.
    -¿Quién ha pagado el viaje?
    -Claro. Porque te hacían descuento en la tarjeta.
    -Además- prosiguió él- tú no trabajas.
    -¿Y por qué no? ¿Eh?- respondió ella, amenazante- ¡porque cuido a los niños!
    -¿Qué niños?
    -A los que tendremos ¿Te crees que es fácil ser madre? Pues no. Hay que sacrificarse, y mucho.
    -¡Si no eres madre!
    -¡Tú qué sabrás!

    Se produjo un extraño silencio.

    -A lo mejor llevo en el vientre la semilla de un bebé.
    -¿Un bebé?
    -Sí. Un bebé. ¿No hacemos el amor tres veces al día? ¿Qué tendría de extraño?
    -Sí- admitió él- claro. Si hacemos el amor tres veces al día...
    -En ese caso- interrumpí- habría que dividir entre cuatro.
    -No estoy embarazada- aclaró ella. Él, aliviado, la besó en la boca.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2013
    Que divertido, cuando le conviene esta embarazada:):)
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado agosto 2013
    Te sigo Moisés :) ¡Buen giro de tuerca!
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado agosto 2013
    Gracias Amparo y Suina! :)
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado agosto 2013
    XI

    Pasamos delante de otro aviso de gasolinera. El sonido del intermitente provocó una algazara descomunal. Reíamos y gritábamos tan alto que de nuestras bocas se desprendía un confeti de saliva que caía sobre los hombros del conductor. Cuando al fin se detuvo ante un surtidor, se giró hacia mí y me dijo algo que no pude entender.

    -¿Qué ha dicho?
    -Ni idea. Pero me sonríe, y me está poniendo nervioso.
    -Yo diría que quiere que le paguemos.
    -¿Cómo lo sabes?
    -Porque está dispuesto a hacer una factura.

    Era cierto. Tenía unas hojas entre las manos, probablemente para emitir un resguardo. Rebuscamos en nuestros bolsillos y sacamos doscientos euros cada uno. Era un tercio de mi presupuesto para el viaje. El conductor nos firmó una hoja y me la entregó. Después se bajó del vehículo.

    -Vámonos de aquí.
    -Espera, mujer, a que se gire al menos.
    -¿Establecemos un plan de huida?
    -Sí. Usted corra hacia la izquierda, y nosotros a la derecha.

    No me gustó la propuesta. Comprendí que si el conductor me alcanzaba tendría que pagar yo solo los tres mil euros.

    -De acuerdo- dije, dispuesto a perseguirlos.

    El conductor, después de repostar, se metió en una caseta pequeña, que parecía un baño.

    -A la de tres escapamos. Uno... Dos... ¡Mierda!

    Las puertas estaban cerradas. Empujábamos la cerradura, golpeábamos el cristal, pero el taxi no abría sus puertas.

    -Pruebe por ahí- dijo el portugués- tiene que haber un mando.
    -Aquí hay muchos botones.
    -Pulse alguno.
    -¿Al azar?
    -Joder ¡No es tan difícil!- dijo el portugués, y se inclinó sobre el asiento delantero para pulsar un botón. Sonó el claxon.
    -Vaya, ¡qué inteligente!- repuse yo, con ironía.

    Se abrió la puerta de la caseta y se asomó el conductor. Sonreímos. Nos hizo un gesto que parecía decir: tened paciencia, aún me queda un poco. Después se encerró de nuevo.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2013
    Ni se les pueden volar, mejor dicho...:)
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado agosto 2013
    ¡Qué bueno Moisés! No me pierdo un capítulo.
    Me gustaria mucho verlos todos juntos...a lo mejor, con suerte, en un libro de humor...si te pones a ello.
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado agosto 2013
    Gracias Amparo y Suina.

    Lo del libro seria bonito :)
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado agosto 2013
    XII

    -¿Y si saltamos los tres a la vez?
    -¿Para qué quieres que saltemos?
    -Lo mismo se mueve el coche.

    La idea era estúpida, pero era mejor que no hacer nada. Saltamos a la vez y el coche no se movió un milímetro de su posición.

    -Podríamos movernos hacia los lados.
    -¿A los lados?
    -Tal vez con el balanceo ceda alguna de las puertas.
    -Estoy harto de estas pruebas estúpidas- repliqué, pero ellos ya se balanceaban.

    No sé si el coche se movía, o si era mi visión del mundo la que conmigo se balanceaba, pero las puertas no se abrían. El conductor salió del baño al escuchar el balanceo. Los portugueses, nerviosos, comenzaron a cantar.

    -¡Desde Santurce a Bilbaooooooo!

    El conductor esbozó una sonrisa y desapareció de nuevo.

    -Escucha- dijo el portugués-. Ahí hay muchos mandos y botones. Seguro que alguno abre las puertas.
    -¿Y qué sugieres?- pregunté.
    -Que pulses todos hasta que el coche se abra.
    -¿Estás seguro de que es buena idea?
    -Las cosas no pueden ir a peor.
    -Eso es cierto- dijo ella.

    Miré el cuadro de mandos. Allí había tantos botones que no sabía por dónde empezar. Podía ir de arriba abajo o de abajo arriba. Humm. Estaba nervioso.

    -¿Y si tiramos una moneda?- propuse.
    -¿Para qué?
    -Para saber por dónde empezar.
    -Ha salido cara- dijo el portugués sin lanzar moneda alguna- y por favor, ¡comience de una vez!
    -El problema es que aún no hemos decidido si cara es de arriba abajo, o de abajo arriba.
    -¡Coño! Pues es verdad.
    -Vamos a ver- replicó ella-. Si ha salido cara habrá que empezar de arriba abajo. Porque la cara siempre está arriba ¿no?

    No terminé de entender su razonamiento. Pero comencé a pulsar los botones. El primero sirvió para inundar de agua el cristal trasero. El segundo no hizo nada que notáramos. El tercero levantó el sillón del conductor.

    -¿Sigo?- pregunté.
    -¿Acaso tenemos alternativa?

    Comencé a tocar todos los botones y a mover todas las palancas que encontré. Abrí el capó y medí la presión de las ruedas, pero los cierres no se abrieron.

    -¿Y esa palanca?- dijo el portugués.
    -¿Cuál?
    -La que está bajo el volante.
    -Humm. Es una posición difícil para ser la apertura de puertas.
    -Nunca se sabe.

    Cogí la palanca y traté de girarla. A la primera fue imposible, a la segunda también; a la tercera tenía la palanca en mi mano. En ese instante el conductor salió del aseo. Escondí la palanca como pude y sonreí. Los portugueses también sonrieron.

    -Se acerca.
    -Ya. ¿Y qué quiere que hagamos?
    -Se acerca más.

    Escondí la palanca debajo del asiento. Saludé con la mano, repleto de una amabilidad que en realidad no poseía.

    -¡Va a abrir, va a abrir!
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado agosto 2013
    Sigo leyéndote y disfrutandote Moisés, aunque no estaria mal que comentaras a algún compañero/a de vez en cuando, seguro que a todos nos gustaría alguna opinión tuya. Se llama un ejercicio de generosidad.
    Saludos y adelante con tu estupenda y loca serie.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2013
    Sigue divertida la cosa:p::)
  • Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
    editado agosto 2013
    Buenisimo.

    Es increíble como dominas el absurdo, el sentido del humor, el interés del lector, todo en su justa medida, narrado con mucho dinamismo y giros impredecibles.

    En cada capítulo te desafías como escritor sumergiendo a los personajes en situaciones problemáticas y buscando luego una resolución inesperada, absurda pero dentro de los parámetros lógicos establecidos.

    ¿Dices que quieres saber hasta donde puedes llegar con esta historia?.

    Sin embargo te diré que con la imaginación y los recursos literarios que tienes, el desafío no será hasta donde puedes llegar, sino cuando y como acabarás la historia.


    Te seguiré leyendo para ver de qué genial manera sales del lio en el que te has metido. (y del taxi)

    Un saludo.
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado agosto 2013
    Gracias a las tres por los comentarios.
    Suina, tienes razón. Os leo pero rara vez comento. Debería hacerlo más. Por lo general no se me ocurre Qué decir. Pero es bueno intentarlo.
    Lara. Muy bonito tu mensaje. :) La verdad es q estoy embrollando mucho la historia y no sé si sabré salir del paso. X el momento me conformo con sacarlos del taxi. Lo del final ahora mismo, uff, ni me lo planteo.
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado agosto 2013
    XIII


    De pronto un mismo pensamiento se cruzó por los tres cerebros. Nuestras manos se pegaron al cierre desesperadamente. Mirábamos la llave que el conductor sacaba del bolsillo como si de ella dependieran nuestras vidas. Entonces, en el instante que el conductor abrió su puerta, los tres, como un único brazo, tratamos de abrir la nuestra. Pero fue imposible. Seguía cerrada.

    -Es wird bald dunkel.

    Yo sonreí. Cerré los puños y miré al salpicadero. Conté hasta tres, y le di un golpe con todas mis fuerzas junto a la sien. El conductor, que no esperaba mi agresividad, quedó atontado. Salté por encima de él y salí del coche por su puerta. El portugués, sorprendido, saltó al asiento delantero como pudo y pasó también por encima del conductor. En unos metros me dieron alcance.

    -Escuchad- les dije-. Ahora somos fugitivos. No es bueno que nos vean juntos.
    -Sí, pero, ¿cómo vamos a sobrevivir? ¿Conoces la zona?
    -No.
    -Nosotros tampoco. Es mejor que viajemos juntos. Si vemos peligro, nos separamos.

    Parecía una buena propuesta.

    -¿Hacia dónde vamos?
    -Tiraremos una moneda.
    -De acuerdo. ¿Y qué hacemos con la moneda?
    -Según si sale cara o cruz, haremos una cosa o la contraria.
    -Sí, pero ¿Qué hacemos si sale cara?
    -Pues... pues no lo sé.

    Ninguno tenía una respuesta. Así que decidimos caminar dejando el sol a nuestra espalda.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2013
    Que alivio, al menos salieron del taxi:)
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado agosto 2013
    Gracias Amparo! :)
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado septiembre 2013
    XIV


    Llevábamos dos horas de camino cuando nos salió al paso un restaurante. Decidimos que era buena idea cenar algo y buscar un sitio donde dormir. Entramos y pasamos a un comedor enorme.

    -Gute nacht!
    -También para usted- respondí-. Queremos ver la carta.
    -Wie es heißt? Tajta?
    -No. ¡Carta!
    -Ein minute!

    Se alejó. Al poco rato llegó Miguel, un camarero, que dijo ser de huelva.

    -¡Qué casualidad!- dije después de darle la mano, agradecido por ver un compatriota-. Ellos son de tu misma zona.
    -No. Nosotros portuguieses.
    -¿En serio?- dijo Miguel- ¿Qué ilusión? ¿Y de qué pueblo?

    Los portugueses se miraron. Parecían confusos.

    -No creemos que lo conozcas- dijo él.
    -Es demasiado pequeño- respondió ella.
    -No es de los importantes. No es uno de esos pueblos grandes, enormes que... no, este es, digamos un pueblucho.
    -Es tan pequeño que llamarle pueblo es hacerle un favor.
    -Sí- dijo Miguel- pero ¿cómo se llama?
    -¿El qué?
    -El pueblo.
    -Más que pueblo, yo diría que es una aldea.
    -Sí- añadió ella- una aldea.
    -¿Está cerca de Ayamonte?
    -Bueno- dijo el portugués- todo está cerca de Ayamonte ¿no le parece?
    -Sí. Eso es verdad- dijo Miguel, y de pronto se emocionó- ¿No serán...? Joder, no recuerdo cómo se llamaba ese sitio ¿No serán...? ¿No serán...?
    -Pues no- dijo el portugués-. No lo somos.
    -¡Ah, vaya! Pues como no sean de Monte Francisco, y sería una lástima, porque ahí no he estado nunca.
    -¡Exacto! De ahí mismito somos ¿verdad, cariño?
  • moisesrgzmoisesrgz Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado septiembre 2013
    XV


    -¿Podrías traernos la carta?- pregunté al fin.
    -Al instante la traigo.

    Comenzamos a mirar la carta. Examiné todos los nombres que leía, y elegí uno de ellos. Después, cerré la carta.

    -¿Ya ha elegido?
    -Sí.
    -Humm. ¿Y podría decirnos qué ha elegido?
    -¡Claro! Se llama Knödelgerichte.
    -Pues Knödelgerichte para los tres. ¿Te parece bien, cariño?
    -No lo sé. ¿Eso lleva carne?
    -Es posible- respondí.
    -¿Cómo que es posible?
    -Tal vez la lleve, o tal vez no. Es cosa del azar- repliqué.
    -¿Cómo? ¿El Knödel_loquesea es comida al azar?
    -No. O sea, supongo que no- respondí-. Lo que es cosa del azar es la elección del plato.
    -Es decir, que no tiene ni idea de qué consiste.
    -Y entonces ¿por qué lo elige?
    -Porque no sé en qué consiste ninguno de los platos.
    -¿Y pide la comida al azar?- replicó ella, escandalizada.
    -Cariño, nosotros tampoco sabemos en qué consisten los platos.
    -Pues llamemos al camarero- dijo ella, como si fuera una solución evidente.

    Una vez más la inteligencia femenina nos superaba.
  • BoneyBoney Pedro Abad s.XII
    editado septiembre 2013
    Muy gracioso. Me ha recordado algo a Assassin's Creed jajajaja.
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com