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Noche Salvaje

LobonortinoLobonortino Pedro Abad s.XII
editado febrero 2014 en Erótica
Día Viernes en la noche y las dos amigas se alistan para salir a carretear (1), como siempre. Después de todo, A sus 18 años eran jóvenes, bonitas y tenían que “vivir la vida”, como decía la madre de Karín, una ex-topplera de los tiempos buenos de aquella porteña ciudad chilena. Las drogas, descontrol y copete (2) eran parte de sus vidas, y el sexo casual una parte importante y motivo principal de sus alocadas sesiones.

Karín y Mónica vivían en la misma población y habían asistido a clases juntas desde siempre, aunque solo Mónica había terminado la enseñanza media. Si bien las dos se habían embarazado a temprana edad, fruto de pololeos (3) intensos y sin control, era Mónica la más centrada entre ambas. Trabajaba de secretaria de una empresa de radio taxis, en donde no faltaban los viejos verdes que la invitaban a salir y ver si podían agarrar algo más de ese sensual cuerpo, exhibido para gusto de los machos con apretadísimos jeans y lujuriosos escotes. A pesar de eso Mónica solo tenía ojos para el papá de su hija, sin importarle que el tipo fuera un maldito cafiche (4) y drogadicto que había iniciado a la chica en la droga y jaranao (5). La sedujo a los 15 años y siempre hallaba la manera de volver a encamarse con ella, no importando si la chica estuviera o no con alguno de sus eventuales amantes.

Karin en cambio no trabajaba y vivía con su madre y su hijo, mantenida a veces por un militar maduro y casado, quien se jactaba con todo el regimiento de comerse (6) a una modelo. La chica, que eventualmente laboraba de promotora, solo le daba la pasada por su dinero y tenía en secreto a dos pelaos más. Era lo que en Chile se llama una “miliquera” (7) y entre los tres se hacía la plata para pagar la luz, el agua, etc.

Ese día había estado toda la tarde culiando (8) con el milico (9) y ya estaba hastiada del viejo. Se despidieron en el motel ya que el tenía guardia toda la noche. Siempre se retiraba satisfecho de la forma en que Karín se le entregaba. A temprana edad, Karín había aprendido a como satisfacer a los hombres, entregándole lo mejor de su espectacular cuerpo y sus técnicas amatorias, acompañadas por una lencería incitante, ideal para estos casos. Las 20 lucas que el milico le había dejado para comprar mercaderías más parecía una transacción putera que un cariño entre “pololos”.

Aquella noche, Karín y Mónica, como todos los viernes, se juntarían para salir y bailar, tomar algo y fumarse unos pitos. Como Karín ya había tenido bastante sexo ese día, quedando incluso algo adolorida por la brusquedad del milico, incentivaría a Mónica a pegarse un buen culión con alguno de los tipos que siempre las invitaban en la disco. El destino quiso que ambas no llegaran a la disco, pero recibieran la noche mas desenfrenada de sexo, drogas y alcohol de sus vidas, una que nunca más podrían olvidar…



1 carretear = salir de fiesta.
2 copete = trago
3 pololeos = relación de pareja, noviazgo
4 cafiche = proxeneta
5 jaraneo = fiesta, carrete
6 comerse = sexo
7 miliquera = amante de los militares
8 culiando = sexo
9 milico = militar

Comentarios

  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado agosto 2012
    No está mal el principio, aunque para mi gusto, sobran los númeritos al lado de las palabaras.Verás, a mí particularmente no me importa que se usen las palabras coloquiales, de hecho, me gustan y así, aprendo cosillas nuevas, pero no todo el mundo piensa igual y creo, que en la medida de lo posible, se debería de evitar si lo que uno escribe es un relato para que le lean los demás.De todas maneras, un acierto en aclarar dichas palabras y el conjunto en sí dá para mucho más.Un saludo desde el sur.
  • LobonortinoLobonortino Pedro Abad s.XII
    editado agosto 2012
    Gracias por su comentario estimado compañero...espero leerlo pronto también, un abrazo desde Chile, la tierra de Alexis jejeje
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2012
    Pero la noche salvaje nos la quedò debiendo, me parece:rolleyes::)
  • LobonortinoLobonortino Pedro Abad s.XII
    editado agosto 2012
    Hacía un poco de frío, por lo que las sensuales chicas habían decidido vestirse con unos ajustados jeans, en vez de las infartantes mini que acostumbraban usar. Los tacos, petos con escote y espalda descubierta, más la juvenil chaqueta rapera, hacían de las chicas un espectáculo al cual todo hombre se daba vuelta para mirar.

    Karín y Mónica caminan por la calle para tomar un taxi que las lleva a la disco, cuando sorpresivamente un jeep que las venía siguiendo frena en frente de ellas. Bajan los vidrios polarizados y un negro estira su enorme mano indicándoles a las chicas que se acerquen. Eran dos hombres de color muy altos y fornidos, vestidos de forma deportiva y casual. Uno manejaba y el otro estaba sentado atrás. Las minas, acostumbradas a que las joteen y a rechazar invitaciones de hombres anhelantes de sus curvilineos cuerpazos, estaban ya predispuestas a rechazarlos. De todas formas se acercan, mas que nada por curiosidad, cuando uno de los negros en forma tarzanesca les dice: “Hellou chicas, quieren ustedeus ganar un dinero bueno?

    Mónica de inmediato adivina que son gringos, y que son unos atractivos hombres pero que andaba en busca de putas. Mientras, a Karín le brillan los ojos. Esa combinación de tipo guapo más plata eran su debilidad. Mónica, conociendo a su amiga se adelanta a responderles: “no gracias, no somos putas. Pueden ir al centro en busca de eso, váyanse”. El negro no se intimida, y sacando un set de billetes verdes, continuá: “Buscamos pasar bien un momentou, tenemos 600 dólares para ustedes”. Las palabras del tipo son música para los oídos de la ambiciosa Karín. Después de todo, los negros estaban bien, y sea como sea, había estado con tantos hombres a cambio de regalos y pagos de sus cuentas, que no le molestó el ofrecimiento. Mira a Mónica, adivinando su respuesta: “olvídalo” es la respuesta de la chica. “Vamos Monic, es muy buena plata, aparte de que los negros están bien ricos. Démosle un rato y nos vamos a la disco”, le dice Karín a su amiga, tratando de convencerla. Mónica está a un paso de enojarse definitivamente con Karín y retirarse, cuando el otro hombre les ofrece 700 dólares, todo esto en plena calle. Mónica, convencida por Karín y motivada por la plata, puesto que igual le serviría para muchas cosas, finalmente acepta, decidiéndose también porque le gustaría al fín conocer el mito sobre los negros y sacarse el gusto con aquel espécimen de miembro enorme.

    Suben al auto y se van rumbo a un motel, conversando con los tipos de unos 30 años aproximadamente. Les cuentan que son canadienses y que están de vacaciones. Andaban en busca de algunas chicas para pasarla bien. Karín se pone más cariñosa y comienza por acariciarle el rostro a Elder, el que iba manejando. Mónica, siempre más incisiva, sugiere que le entreguen el dinero de inmediato mejor. Yagán, el otro tipo sentado atrás junto a ella, saca de un bolso 700 dólares para Karín y 700 para Mónica. Las chicas, gratamente sorprendidas al ver que son 700 para cada una, se miran y sin decir nada, se guardan el dinero, pensando en que hicieron un excelente trato y que entregaran lo mejor de sí para satisfacer a sus ahora clientes sexuales. Mientras Karín le indica a Elder como llegar a un lujoso motel en las afueras de la ciudad, el negro de atrás saca un trago de su bolso y en unos vasos plásticos les ofrece el copete a las chicas. Mónica piensa que es justo lo que necesitaba para soltarse un poco y brindando con Karín, se apresta a disfrutar junto a aquel desconocido hombre de color que miraba deleitado su escote. Los canadienses hablan en inglés y ríen. En el bolso llevaban mucho más dinero, tragos, preservativos, pastillas de sildefinol o viagra, consoladores y un par de cámaras para grabarse en pleno sexo con las chicas, ya que los tipos trabajaban para una empresa pornográfica del tipo Bang Bross, pero canadiense.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2012
    Ahora sí la cosa se va a poner salvaje:eek:
  • MirsaMirsa Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado agosto 2012
    Uy, uy, uy... :eek: ¿Cuándo sigues? :D
  • LobonortinoLobonortino Pedro Abad s.XII
    editado agosto 2012
    Disfrútenlo lentamente...y comenten.

    El trago les sienta bien a las chicas. Karín piensa que va a intentar acelerar algo las cosas, despachando luego a su eventual cliente. Bastante práctica tenía con los militares con los que se acostaba y en un dos por tres los mandaba cortados, así que sus planes eran hacer acabar pronto a Elder y partir hacia la disco a bailar y disfrutar el dinero ganado. No es que no le gustara aquel morocho, al contrario, tamaño hombrón era todo un chocolate para degustar, pero la transacción entre sexo y dinero muchas veces deriva en matar las pasiones… tendría que ver como se da la noche, aparte de ver como se llevaría Mónica con el otro tipo. Su amiga estaba en pleno besando a Yagán. Nunca había besado a un hombre de color. Los labios gruesos y dominante lengua del hombre parecían devorar a Mónica. La chica se dejaba querer, comenzaba a gustarle esto de hacerlas de escort. Pensaba en que si la experiencia era buena, quizás podría seguir arrendándose en otras ocasiones. La boca del negro ahora buscan sus bellas tetas sin sostenes, desatando el peto, recorre con su ávida lengua sus senos y erectos pezones rosados. Karín, siempre más osada que su amiga, comienza un masajeo al paquete de su motivadísimo acompañante, quien mira de reojo por el espejo como su amigo la está gozando con la chica. Sigue conduciendo con una mano, mientras la otra busca la entrepierna de la muñeca, quien separa sus muslos para él. Su dedo medio intenta imitar a su falo y parece que fuera a romper el jeans de la chica.

    Llegan al motel. El lugar era ideal para las pretensiones de los negros canadienses: habitación grande, una gran cama y sillones, ducha, jacuzzi y espejos en las paredes y techo. Las chicas van al baño, mientras Karín orina le dice a Mónica: “ya gueona, acá hay que hacerla cortita y mandar cortaos a los negros rápido, si queremos llegar a bailar”. Mónica asiente, pero en el fondo piensa en gozar lo más que pueda con aquel extraordinario semental. Salen del baño. Los negros están en boxers y listos para la acción. Entre los cuatro se toman la botella de ron mientras se besan y desvisten. El calorcito del alcohol es un desinhibidor preciso para la ocasión. “A lo que vinimos”, ordena Yagán y termina de desvestir a tirones a Karín. El negro acaricia cada centímetro del cuerpo de la chica, deteniéndose sobretodo en su precioso culo, en donde abre sus nalgas para manosear su vagina y ano. La chica se estremece, pero se hace a la idea de que por la plata que los tipos pagaron, de seguro tendrían que practicar sexo anal. Se toma el último trago de ron que le quedaba en su vaso para envalentonarse mientras Yagán se acuesta en la cama esperando la mamada de Karín.

    Mónica está en otra. Elder es un poco más delicado y la besa bastante, por todos lados. La guía hasta el jacuzzi en donde apenan cupen debido al porte de semejante hombre. Se mojan por completo. La chica no puede dejar de apreciar el enorme miembro verticalizado de su pareja y es ella quien toma la iniciativa de chupárselo. El falo oscuro de Elder parece un periscopio asomándose en aquel jacuzzi. Mónica besa el torso negro de Elder hasta llegar a su ombligo, entonces llega al glande del negro y lo saborea entero, tratando de introducirse todo ese pedazo de verga.

    Karín también estaba en plena degustación de cipote. El negro toma la cabeza de la chica y la inclina hacía su miembro. Los 25 centímetros de carne apenas cupen por la boca de Karín, quien siente la boa de Yagán hasta su garganta. Antes de continuar, el hombre de color retira a la chica y se levanta diciendo “tomaremos algo más fuerte”. Saca de su bolso una cajita azul, haciéndole una seña a Elder y a las chicas para que se acerquen. Aquella cajita contenía varios gramos de cocaína. Formando unas líneas, Yagán aspira la coca. Elder y las chicas también repiten la maniobra. Aquella droga no era nada nuevo para Karín y Mónica, quienes en algún carrete ya habían probado coca, auspiciada por el padre de la hija de Mónica. Elder saca una segunda botella de ron y prepara los tragos para todos.

    A esa altura las chicas ya estaban mareadas, producto del alcohol y la coca. Lo que Karín y Mónica desconocían, eran que el Ron que habían bebido contenía también restos de varias drogas más, incluyendo tambien algo de yumbina, un potenciador sexual utilizado en animales como caballos. El efecto de todo eso empieza a hacer efecto en las chicas, quienes casi no pueden sostenerse en pie y se arrojan a la cama, llamando a sus machos para apagar tanta calentura.

    Los canadienses montan las cámaras en los trípodes, enfundan sus penes en gruesos preservativos y se arrojan sobre las minas en la misma cama. Yagán, asumiendo su rol de actor porno penetra rítmicamente a Karín, quien parece disfrutarlo a mil. Elder comienza a devorar el chochito depilado de Mónica. La chica se retuerce de placer mientras pide que el negro la monte. La boca del morocho se retira para cambiarla por su enorme falo, introduciéndose en Mónica hasta el fondo, mientras la chica goza y se menea ardorosamente. Luego de unos minutos de misionero y patitas al hombro en donde las chicas llegan al orgasmo pleno, las colocan en cuatro. Elder se acopla al cuerpo y Mónica, fusionando sus genitales. La chica siente muy profundamente al negro y está a punto de llegar nuevamente al climax de la carne. Yagán toma una de las cámaras y hace unos primeros planos de la gruta húmeda de Mónica, bombeada por el torpedo de Elder. Luego filma a Karín en la posición de perrito que estaba, introduciendo sus dedos por su dilatada vagina y tierno asterisco rosado. A la señal de Yagán, Elder retira su miembro de la conchita de Mónica y va en busca de la vaselina que tenía en el bolso. Se aplica la crema primero en su pene y luego en su dedo y se la inserta por el ano de Mónica hasta donde más le cupe. La minita a estas alturas está deseosa de más pico y acepta gustosa la invitación para entregarse en forma anal. La cámara de Yagán filma en detalle como su compañero ingresa suavemente por el ojete juvenil de la chica. Mónica ya había practicado el anal, pero nunca con un falo de tamañas dimensiones, por lo que es inevitable que sienta un dolor rico en su culo. Elder ahora la bombea un poco mas duro, mientras la cámara de Yagán filma la cara de dolor de Mónica y la penetración de su amigo. Los quejidos reales de Mónica quedan grabados para la posteridad en el video que los canadienses estaban armando. Elder, a punto de estallar, se retira del culo de Mónica y se saca el condón, estallando con su espesa leche encima del cuerpo de la chica.

    Ahora es el turno de Karín. Elder toma la cámara mientras Yagán le hace un ensalivado beso negro a la chica. Karín, quien estaba con un consolador en su zorrita hambrienta, lo mantiene ahí mientras el negro se lo va encajando hasta el fondo. Su rostro, quejidos y performance anal quedan grabados en el video. Yagán empuja bruscamente su falo, mientras la chica se sujeta como puede, sintiendo aquel peculiar mezcla de dolor y placer en su culo. Yagán termina dentro de ella. Un primer plano a su pene plastificado y lleno de semen dan por terminado el acto.

    Luego de unos tragos, Elder y Yagan intercambian las chicas, esta vez sin preservativos para subir el tono de la película. Ahora es Elder quien filma como Yagán penetra a una ida pero estoica Mónica. Posteriormente Elder se afila a Karín, quien parece perdida y solo se abre de piernas al no poder mantenerse en cuatro. Para el remate del video, los tipos deben escoger a una de las chicas para el "blow job".

    Ya les golpean la puerta para avisar que las dos horas de sexo han terminado, cuando Elder y Yagán acaban sobre el rostro de la preciosa Karín, luego del oral doble de la chica. Los tipos se alistan y dejan a las chicas durmiendo en la cama. Elder le dice a su compañero que se llevará el dinero que le dieron a las chicas. Yagán lo reta, diciéndole que la película quedó tan buena que ganarán 100 veces esa plata. Se retiran dejando todo limpio, incluso la ropa ordenada de las chicas y a las futuras pornostar latinas durmiendo, quienes será conocidas en el mundo porno, después de aquella espectacular noche de sexo en Chile.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2012
    Bien el relato lo unico que no me gusta es la palabrita cupen, debe ser cabe, algo asi.:):p
  • Ignatius ReillyIgnatius Reilly Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado agosto 2012
    1 carretear = salir de fiesta.
    2 copete = trago
    3 pololeos = relación de pareja, noviazgo
    4 cafiche = proxeneta
    5 jaraneo = fiesta, carrete
    6 comerse = sexo
    7 miliquera = amante de los militares
    8 culiando = sexo
    9 milico = militar
    10 paja = sexo = de puta madre = me gusta.
    Saludos.
  • MirsaMirsa Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado agosto 2012
    Bueno, no sé, definitivamente creo que no me gusta mucho la literatura erótica :p Prefiero algo más sugerente... Pero en fin, el texto es ameno de leer, ágil, tal vez demasiado para mi gusto, soy más de recrearme en una escena. Aunque solo es mi opinión. Está bien narrado, aunque, como dice Amparo, hay alguna cosilla por ahí que seguro encuentras rápido si lo dejas reposar unos días y lo revisas.:)
    Gracias por compartir tu relato.
  • LobonortinoLobonortino Pedro Abad s.XII
    editado agosto 2012
    Gracias a ustedes por sus comentarios...solo pruebo estilos, quizás me falto hacerlo más sugerente, Mirsa y no tan explícito. Lo de algunas palabras, quizás tienes razón Amparo. A Ignatius veo que le gustaron mis localismos jajajaj...
    Alguien quiere saber como despertaron las pobres Karín y Mónica ufff :D
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2012
    Pues claro que queremos saber, como nos encantan los cuentos bien terminados:):p
  • MirsaMirsa Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado agosto 2012
    Lobonortino escribió : »
    Gracias a ustedes por sus comentarios...solo pruebo estilos, quizás me falto hacerlo más sugerente, Mirsa y no tan explícito.
    En absoluto, hombre, lo que pasa es que soy una antigua y me gusta que el sexo vaya acompañado de amor y romanticismo jajajaja El relato como erótico está muy bien, bastante logrado. Y me gusta como narras :)
    Y yo también quiero saber cómo terminaron...
  • LobonortinoLobonortino Pedro Abad s.XII
    editado agosto 2012
    Ok, un poco apurado pero ya está. Ahora sí, el final.

    El despertar

    Doce del día. Mónica es la primera en despertar. Le dolía la cabeza de una forma terrible, producto de aquella noche de drogas, alcohol y el sexo más frenético que haya tenido a sus cortos 18 años. Si bien desde los 15 que había disfrutado de decenas de tipos, de su edad o mayores y con relaciones estables o no, nunca había tenido la oportunidad de estar con un hombre de color. Y ahora había estado con dos, para su sorpresa. La sensación era gratificante, a pesar del intenso dolor de su entrepierna y cavidad trasera. Pasar por aquellos sementales color chocolate era una experiencia única, pensaba.

    De una rápida mirada divisó a Karín, aún durmiendo totalmente desnuda, al igual que ella. Tenía una mueca de placer tan marcada en su bello rostro mientras dormía, que no la quiso molestar. En su cuerpo aún podía divisar los chupones de Yagán, en su cuello, senos, muslos. Se preguntó si alguna de esas huellas fue dejada por Elder. En su mente revivió como el negro penetró a su amiga Karín, lo cual no le agradó mucho y una ligera duda molestó su relajo al adivinar que chica habría agradado más a su cliente. Al buscar chupones en su cuerpo pudo encontrar variso también, lo que la dejo algo más tranquila. En su mente podía rearmar claramente la escena en que ella fue penetrada tan empalagosamente por Yagán, mientras de reojo observaba a Elder culiándose a Karín. Su amiga gemía al estilo Sharapova en aquella mezcla de placentero dolor anal. Entonces Mónica aumento el volumen de sus quejidos, iniciando un duelo de excitantes alaridos para los negros, quienes encajaron sus boas hasta el fondo de las chicas, en donde sus oscuras bolas rebotaban fuertemente en los culos de sus nóveles actrices.

    Apenas se podía levantar. Se recostó de lado mientras intentó repasar todas las emociones de aquel viernes de jarana: los besos y caricias mas que osadas en el jeep; los tragos incendiarios que la pusieron a mil; el impresionante periscopio de Elder en el jacuzzi caliente; Elder besando su húmeda conchita depilada; Elder detrás suyo bombeándola a todo ritmo, mientras le decía sucias palabras al oído y de las cuales entendía la mitad; los 700 dólares que guardó en su cartera…

    La cartera. Un rayo de preocupación la hizo levantarse como pudo y buscar la cartera. No conocían a estos canadienses y perfectamente podrían haberles robado su dinero. No pensó en que sus clientes había dejado pagado todo y más, hasta que las chicas abandonaran el motel, y que el objetivo principal de los morochos era hacer su película, de la cual sacarían jugosos dividendos económicos. Y esto por que en el mundo XXX, el hacer debutar a dos escort en cámara era muy bien pagado, sobretodo a minas amateurs que nunca habían cachado con hombres de color y sus venticinco centímetros de longitud y más. Todo esto acompañado de quejidos reales, detectables solo por los fanáticos del porno, más las tomas en primerísimo plano a los coitos sin forro protector en el remate y el "blow job*" doble a Karín, hacían de la peli lo mejor del semestre 2012.

    Por suerte Mónica encontró la cartera y los 1400 dólares de ambas chicas. Una tarjeta dorada tenía el nombre de la empresa de Elder y Yagán, y un correo con el cual las chicas tendrían mas adelante cibersexo con los negros, a cambio de algunos depósitos en sus cuentas. Un cibersexo aburrido y fome para quien no le basta con los desnudos y jueguitos de consoladores y bolas chinas de las minas, y prefiere mil veces el contacto carnal, pero que los negros aprovecharían para grabar las sesiones de Karín y Mónica en HD y preparar la “Latin Sex in Santiago” 2.


    *Blow job= Eyaculación masculina en el rostro de la chica, estando el o los hombres de pie y la chica arrodillada. Las profesionales lo practican con sus bocas abiertas y tragándose parte del semen.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2012
    Buen final, al menos no las conejiaron:p:)
  • barrikadabarrikada Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado septiembre 2012
    Buenas Lobonortino!

    Creo que después de leerme las tres partes, merece un buen análisis...
    En primer lugar decir que el relato no me ha conseguido entusiasmar, osease excitar... Es cierto que hay ritmo, la trama puede tener tirón, que has conseguido una envoltura cohesionada.

    Pero además de abusar del lenguaje bajero, repeticiones de términos, lo que no me ha gustado es ese tono a peli porno total, aunque de eso se trate. Entiendo que la gracia de este tipo de relatos es la descripción detallada de los sucesos, no dejar al aire que le hizo un blow-job. Eso no te permite ningún alarde de imaginación y por consiguiente dejar vacía la trama.

    Lo veo como un informe exhaustivo de como se rueda una peli porno, pero no un relato erótico.

    Aún así, no discuto el resultado y te felicito si esa era la intención, pero no puedo parar de ponerme en la tesitura de que hubiera sido lo que yo hubiera hecho. Un placer!!
  • SelyseSelyse Pedro Abad s.XII
    editado noviembre 2013
    barrikada escribió : »
    Buenas Lobonortino!

    Creo que después de leerme las tres partes, merece un buen análisis...
    En primer lugar decir que el relato no me ha conseguido entusiasmar, osease excitar... Es cierto que hay ritmo, la trama puede tener tirón, que has conseguido una envoltura cohesionada.

    Pero además de abusar del lenguaje bajero, repeticiones de términos, lo que no me ha gustado es ese tono a peli porno total, aunque de eso se trate. Entiendo que la gracia de este tipo de relatos es la descripción detallada de los sucesos, no dejar al aire que le hizo un blow-job. Eso no te permite ningún alarde de imaginación y por consiguiente dejar vacía la trama.

    Lo veo como un informe exhaustivo de como se rueda una peli porno, pero no un relato erótico.

    Aún así, no discuto el resultado y te felicito si esa era la intención, pero no puedo parar de ponerme en la tesitura de que hubiera sido lo que yo hubiera hecho. Un placer!!

    Estoy de acuerdo con barrikada......,pero en general no es una mala historia y creo que esta bien narrada.
    :D
  • echevaecheva Anónimo s.XI
    editado febrero 2014
    Me encanta tu relato, enhorabuena. Me enganche desde el primer momento
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