Se que quizá no sea lo que deba ser,
y por eso prefiero esperarte y envejecer.
Día a día, tu recuerdo late en mi corazón,
condenado a la amargura y la desazón.
Si te fuiste, quizá te comprenda,
mas no esperes que mi error de amarte yo enmienda.
Porque para ti una maldición, para mi bendición,
y en tus caricias, ¡Triste el ayer!, no hubo nunca pasión.
Comentarios
No me parece un buen poema porque sus rimas son demasiado fuertes y vulgares ("on"), pero lo que expresas yiene alma y eso sí me gusta.
Saludos.