Cuando tu vida es perfecta nunca piensas que todo se puede echar a perder, eso me pasó a mí, pasé de ser la chica más popular del instituto, de tener las mejores notas, de ser admirada por mis profesores e incluso a tener, o eso era lo que yo creía, una familia perfecta a convertirse mi vida en un auténtico infierno.
Todo empezó un jueves, yo dormía en mi cuarto cuando me despertaron los gritos de mis padres que estaban peleando, como la que no quiere la cosa me puse a intentar escuchar lo que decían, mi madre le reprochaba a mi padre que cómo nos podía hacer esto, que no nos lo merecíamos y que por qué no se lo había contado antes todo lo que había sucedido. Yo esperé hasta que se calmaron para bajar a desayunar. Cuando llegué a la cocina y se dieron cuenta de que estaba allí hicieron como si no hubiera pasado nada, pero ellos sabían que había escuchado los gritos y que sabía que algo pasaba.
-Buenos días- dije pendiente de cada movimiento de mis padres esperando encontrar alguna respuesta a sus gritos.
- Buenos días cariño- contestó mamá no pudiendo ocultar su cara de malestar.
- Buenos días, me voy a trabajar, a la vuelta te recojo del instituto. - Se despidió mi padre sin mirarnos ni a mi madre ni a mí.
A la salida del instituto mi padre estaba allí como había prometido.
Cuando subí al coche algo extraño noté en él, solo me saludó con un apagado -Hola- y no me miró hasta que a mitad de camino le pregunté- ¿Papá pasa algo?-
- No cariño no me pasa nada ¿porqué lo dices?
- Por que esta mañana, antes de desayunar te escuché discutir con mamá.
- No te preocupes no pasa nada- se le ensombreció la mirada.
- Si que pasa cuéntamelo por favor.
- No pasa nada, de verdad, créeme.
Me empecé a enfadar al darme cuenta que mi padre, que siempre nos habíamos contado todo ahora no confiaba en mí para contarme lo que ocurría con mi madre.
Cuando llegamos a casa mamá ya nos tenía preparado el almuerzo.
Durante la comida mis padres permanecieron callados y con cara de pocos amigos. Sabía que algo iba mal y ya no podía pasar más tiempo sin saber lo que pasaba.
- Mamá ¿pasa algo con papá?
- No pasa nada, no te preocupes- me contestó mientras fregaba los platos.
- Os escuché discutir esta mañana...
- Marisa ¿porqué no dejamos las cosas claras ya de una vez por todas?- nos interrumpió mi padre con una gran voz.
-¡Roberto! lo tendrás que aclarar tú en todo caso, no yo - gritó mi madre.
- Quiero el divorcio.
- ¿Cómo me puedes decir esto ahora sin haberlo pensado antes y aquí delante de Beth?
-¿Qué está pasando?- les interrumpí.
-Pues resulta que tu padre se está acostando con otra- me chilló mi madre.
-Estamos enamorados- puntualizó mi padre.
-¿Cómo enamorado? esto es lo que me faltaba- mi madre estallaba de rabia.
- Sí enamorado, Marisa.
-Por favor podéis parar de gritar y explicarme todo desde el principio?
- Pues resulta que pillé hace una semana a tu padre con otra en nuestra cama.
Más tarde lo seguiré por que ahora no tengo tiempo.
Espero que les guste y que me comenten que les parece.
Comentarios
Nunca había escrito nada, siempre me ponía pero siempre lo dejaba por que me quedaba como en blanco, y que lo primero que escriba lo lea alguien y le guste me hace feliz de nuevo muchas gracias.
Seguiré escribiendo, lo que pasa es que estoy estudiando y solo puedo en los pocos momentos libres que tengo.
Tengo una curiosidad por saber si lo que cuentas sucedió en tu familia o es de tu imaginación?
-¿Qué?- no podía creerme lo que me estaba contando mi madre.
Al ver mi estupefacción mi padre accedió a que nos sentáramos y habláramos todos del tema.
Todo empezó cuando en la empresa de mi padre entró a trabajar una nueva ejecutiva, empezaron a ir a desayunar todos los días juntos, se fueron conociendo y se enamoraron.
- ¡Así fue no!- le gritó mi madre.
Yo me había quedado sin palabras no me podía esperar a que mi padre le hiciera una cosa así a mi madre.
-¿Y quién es esa mujer? ¿la conozco?
-Si, es Elena Maztí.
-¿Elena Maztí? ¿la madre de Carlos Fuentes?
-Sí.
No me lo podía creer, mi padre estaba enamorado de la madre de mi peor enemigo.
Carlos Fuentes era a sin prevista un chico perfecto, era atlético (el número uno del equipo de fútbol del instituto) y muy guapo, todas las chicas estaban detrás de él, menos yo. Me parecía un creído y un estúpido, aunque no podía negar que era guapo. Tenía una media melena castaña, ojos marrones, una barba de dos días, al instituto solía ir con ropa deportiva aunque vestía normalmente camisetas informales, vaqueros y zapatillas.
Según las películas la chica popular siempre está de pareja con el chico popular, pues no, en este caso nos llevamos a morir. No nos soportamos.
A la mañana siguiente mamá me confirmó que papá y ella se iban a separar. A la hora del almuerzo hablamos sobre el tema y todo parecía quedar claro.
- Beth y yo nos quedaremos en casa y tú te buscaras otra- añadió mamá.
-Lo de la casa me parece bien, pero yo también quiero disfrutar de mi hija.
-¿Cómo que disfrutar de tu hija?- mamá ya se estaba empezando a cabrear.
-Pues eso que quiero disfrutar de ella, como todavía tiene 17 años y es menor de edad quiero que se venga un mes conmigo y otro contigo.
Después de mucho hablar todos aceptamos que yo estaría un mes con papá y otro con mamá.