Cada uno de nosotros, en su fuero interno, desea demostrarse lo que puede conseguir dentro de sus posibilidades; algunos, no obstante sus precarias cualidades o aptitudes que no les permiten lograr sus anhelos, tratan, por todos los medios, de lograrlo, sea cual fueran las consecuencias.
Esta es la base de la Violencia.
Cuando no podemos llegar, cuando por tal o cual motivo, vemos truncados nuestros propósitos, y nuestra fuerza interna, no siempre controlada, nos empuja a realizar aquello que no siempre tiene su razón, aquello que atenta contra nosotros mismos en determinados casos, eso es la Violencia, la madre de la auto destrucción.
Actualmente, mientras que el mundo pareciera levantarse de un largo letargo, centenares de años en los cuales siempre la fuerza fue la que decidió, con razón o no; el dominio fue el arma triunfante, y, el sumiso más el poder junto con el miedo, fueron los principales exponentes de otros mil años de existencia del hombre sobre la faz de la tierra.
La mayoría de los terrestres queremos creer, que por fin, quizás entendimos que esta no es la forma, y empecemos a corregir todos los miles de años de auto destrucción.
Por todos lados surgen movimientos de personas que levantan sus voces en pro de una Paz, tan anhelada y necesitada; pero no obstante esos intentos en favor de un vivir en armonía, sin guerras ni batallas, sin peleas ni heridos, sin muertos ni llorados, la Violencia hace inca pie y trata de subsistir para mantenerse viva a toda costa.
Esa Violencia que nunca fu aceptada, siempre condenada, pero nunca anulada. La vimos día a día surgir como hongos después de la lluvia, en todos lados, entre toda clase de individuos, en todos los niveles. ¿Como explicarlo?
Sabemos qué resultados nefastos provocan las consecuencias de la Violencia; sin embargo nos es imposible erradicarla.
¿Tal vez sea uno de los genes, entre los miles, contenidos en los cromosomas humanos?
Quizás, a raíz de las investigaciones que se desarrollan en los últimos años, en el campo de la ingeniería genética, se logre aislar este gen, si es que existe, y así lograr salvar a la humanidad de uno de los más temibles flagelos y uno de sus más peligrosos enemigos.
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Beto Brom
SAFECREATIVE N°1003155750294
Comentarios
Roguemos que se consiga a la brevedad posible.
Un gustazo recibir tus comentarios, Amparito
Un abrazote.
betob
Personalmente creo, como ya dijeron los antiguos: Lupus est homo homini, Platon (lobo es el hombre para el hombre), aunque Platon continuaba: cuando no conoce quién es el otro.
Más tarde, Hobbes: homo homini lupus (el hombre es un lobo para el hombre).
Y después, Francis Bacon:homo homini sit deus non lupus (el hombre sea un dios para el hombre y no un lobo).
Y en todo ésto, el pobre lobo usado como imágen de la maldad y malicia humanas, causa de su autodestrucción.
Creo que al compararnos con los animales, en cuanto a violencia se refiere, los desmerecemos.
un abrazo.
betob.
Como dice, la violencia los seres humanos la tenemos en los genes.
Aunque son pocos, quedan excepciones. Una de ellas fue Gandhi.
Saludos
Aprecio tus convicciones.
un abrazo.
betob