¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

divercion

aiko hatakeaiko hatake Pedro Abad s.XII
editado enero 2011 en Erótica
No sé como comenzar, creo que el recuerdo de esta historia tiene mucho sentido para mi vida, ahora con mis 34 años de edad y sentado en una silla de ruedas, creo que es más difícil aún.
Recuerdo que el sendero se hacía perpetuo, la noche era oscura y la briza se hacía cada vez más áspera, que enrojecían mis mejillas. Corría tanto que ya no sentía mis pies, intentando de encontrar un rastro de luz en aquel crepúsculo.
Catalina, parecía cansada, la abrasé de la cintura y sentí su suave cuerpo junto al mío, entregándome un calor mortal. Sus tenues labios besaron mi cuello y una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo, sus manos comenzaron a bajar lentamente, casi hasta mis partes intimas, acompañada de esos besos húmedos de sus labios de rubí, ya no me podía contener, la deseaba con ansias-ya no hay nadie aquí-dijo con la respiración agitada en aquel silencio solemne. La bese, apretándola con todo mi cuerpo, comencé a desabrochar cada unos de los botones de aquella blusa, hasta contemplar esos suaves y blandos pechos descubiertos frente a mí. No dude en tocarlos, y acariciar la cima de ellos con los dedos.
Ahora, nuestra respiración era cada vez más agitada, nos acostamos en el húmedo pasto de aquella noche y ella seguía besándome… de pronto comenzó a desabrochar mis pantalones, pero mis cinturones se apretaron fuertemente, en mis pensamientos maldije el momento en el que me los puse. Ayude a desabrochar, hubo un enredo de manos hasta que al fin fue liberado, sus manos me acariciaban hasta sentirme tal vez, un poco excitado y no dude en dejar escapar unos pequeños orgasmos.
Al día siguiente, fui al instituto como de costumbre, ahí estaba Reinaldo “mi amigo”, el era
Uno de aquellos jóvenes sin escrúpulos que dibuja sus partes íntimas, habla barbaridades y desnuda a una mujer con tan solo mirarla, bueno yo era muy distinto a él aun que Por lo de ayer, creo que me infecto sus costumbres, aun no se lo contaba, no quería, pero mi lengua me traicionaría…

-hola Gabriel –dijo Reinaldo dándome un palmazo en la espalda
-¡buena compadre!
-oye ¿viste a la compañera nueva?-
-no…
Jóvenes a clases interrumpió la profesora, fuimos a sentarnos a nuestros respectivos puestos, catalina aun no llegaba deseaba verla, pero aun así sentía un poco de vergüenza por lo acontecido, Reinaldo me miraba sonriendo, escribió un papel que decía:

Oye las malas lenguas dijeron que ayer te vieron salir del jardín detrás del instituto a altas horas de la noche acompañado de catalina y ella bastante desarreglada ¡ya cuenta!…

Apenas lo leí sonroje e intente de hacerme el desentendido, pero Reinaldo me conocía mejor que nadie, saco su celular y había una foto que lo delataba todo, es un ¡maldito paparazis!
Escribí en aquel papel y caí en su juego, tome mi bolígrafo y comencé…

Catalina y yo fuimos arreglar unas plantas por el taller de agronomía, se nos paso la hora, luego comenzamos a correr para arrancar del director, allí sucedió, nos besamos, tu sabes, además ella andaba pasada de copas.

Se lo entregue vertiginosamente, para no ser visto por la profesora, Reinaldo lo recibió ansiosamente pero apenas lo leyó estallo en carcajadas frente a todo el salón
¿Qué sucede señor reyes?- le dijo la profesora
-nada profesora-conteste yo, al ver que Reinaldo no podía respirar
¿Qué le quito de la mano?
-nada- respondí nuevamente
¿Gabriel? ¡Entrégueme eso!-volvió a insistir la profesora
Ahora Reinaldo me miraba como diciendo entrégaselo, y claro procedí, sin darme cuenta en lo que me esperaba el destino
-veamos ¿Qué dice aquí?- dijo la profesora
-¡Que lo lea! ¡Que lo lea!...- gritaba todo el salón
-no profesora ¡por favor!-dije casi de rodillas
Al parecer la señorita Jiménez no escucho mis suplicas, y no vacilo ni un segundo en leerlo a todo el curso, Reinaldo me miraba con cara de perrito tierno pidiendo disculpas, Lo mire indiferente y muy ruborizado por la situación, minutos después nada podía ser peor, llego catalina apenas entro todo el curso se rio, ella rio con ellos sin comprender la situación, susy su amiga la esperaba en su asiento, al parecer le conto lo sucedido, catalina simplemente agacho la cara incapaz de mirar a nadie menos a mi…
La hora termino y todos salieron, ahora nos tocaba en otro salón, en fin la situación parecía olvidada
-buena hermano-dijo Reinaldo- yo sabía que tan angelito no eras, si tan inocentito que te veías, buena, buena- decía mientras me daba palmaditas en la cara
-aun estoy molesto, maldita profe zorra es una hija de puta…
-no te molestes mi hermano esa vieja, va a pagar ¿Qué edad tiene?
- 30 eso nos conto la otra vez ¿pero qué tiene que ver eso?
-Hm… no esta tan mal para ser mi próxima víctima, de hace rato le tengo ganas, para mi nada es imposible, me he acostado con cuantas de aquí una mas no me cuesta nada pero, esta vez será publicado-dijo con un aire de superioridad mirando hacia el horizonte
-(reí a carcajadas) definitivamente Reinaldo estás loco- le dije tocando su pequeña frente esa cabeza hueca que no tiene más que aserrín.
-ya vamos a desayunar mejor…
-¡ya! Pero ¿quieres que esa vieja pase la vergüenza de su vida? Como te lo hizo a ti- decía mientras caminábamos al desayuno.
-claro que si….
-entonces de que estamos hablando déjalo en mis manos-decía mientras se refregaba las manos.

Al llegar al casino estaba repleto de estudiantes, pedimos nuestra comida, y entre la multitud buscaba la cabellera pelirroja de catalina, se que aunque ella estuviera se escondería de mi, pero esa no era la idea yo quería hablar con ella, y pedirle disculpas por lo sucedido. Además por lo de ayer comencé a sentir algo extraño por ella y ¡sí! Reinaldo me mataría si le cuento me diría ¿Cómo te puede gustar la primera zorra que se acostó contigo? Tienes que disfrutar en fin esos son los pensamientos de él. Pero catalina para mi, era aquella mujer que me deleitaba con aquel cuerpo tan suave, sus terminaciones tan perfectas su larga cabellera que tapa toda aquella espalda acinturada, su cuello, sus perpetuos labios, sus pechos, aquellos pechos que estuvieron entre mis dedos, para mi ella era un diamante en bruto, algo tan frágil que quizás se ropería con cualquier cosa. Sinceramente nunca había tocado a nadie una vez lo intente con mi primera novia pero era muy extraña, salió arrancando y nunca jamás me hablo, bueno esos son algunas anécdotas de mi adolescencia.
-Gabriel sentémonos aquí, hay unas minitas que nos están mirando
-querrás decir, te están mirando
-nos están mirando, mira la rubia te tiene ganas……
Al parecer era verdad, me pegue unas cuantas miraditas y las chicas eran muy coquetas, se acercaron dos una se sentó alado de Reinaldo y la rubia junto a mí.
-¿hola como están? Nenas las invito a algo
-¡Reinaldo!- dije algo preocupado
-bueno contestaron las chicas
Maldición Reinaldo las invito a comer algo, la última vez que hizo eso tuvimos que quedarnos a lavar plato hasta cerca de las 1:00 de la mañana y si no es eso, después no tiene ni para los pasajes de la semana.
-¿y tú? Lindo cómo te llamas-
-Gabriel…
-que harán esta noche, tenemos un carrete por aquí cerca y no tenemos pareja les molestaría si nos acompañan
-¡claro que no!-contesto Reinaldo
-bueno… yo quizás no pueda-dije (haciéndome de rogar un rato)
-ok entonces invitamos a otro- dijo la rubia
- no creo que iré- respondí (creo que no resulto eso de hacerme de rogar _ _)
-ok en la noche entonces

Eran cerca de las 9:30 de la noche horario invierno, las chicas estarían fuera del instituto a las 10:00 y Reinaldo ya iba en camino, al igual que yo.
Cuando llegue estaba Reinaldo y las chicas rocío era la rubia y Alejandra la de cabello negro, las dos bastantes guapas, rocío se veía bastante bien con un vestido bastante ajustado, con un poco de escote por la espalda y por adelante que dejaba ver el comienzo de sus grandes senos.
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com