¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

Historia sin nombre

Mota is a weirdoMota is a weirdo Anónimo s.XI
editado mayo 2008 en Erótica
Hola, soy nuevo aca, escribi esta historia pero aun no la e terminado...
Puede ser algo ofensiva, no se si les guste leer este tipo de cosas pero a mi me parecio muy chistoso =)
Comentenla

Desperte con una ereccion, es extraño como cuando tienes relaciones sexuales en los sueños, todo parece muy real, desde las sensaciones como el aroma, solo para despertar y darte cuenta de que eres un perdedor que nunca tiene sexo y se dedica a buscar pornografia enferma en internet.
Lo digo porque e sido adicto a la pornografia desde que tenia 11 años, al igual que soy adicto a la marihuana, el cafe, y a observar niñas de secundaria en mi camino al trabajo.

La mano en mi verga, la verga en mi mano, siempre es lo mismo, tratando de practicarme sexo oral, diferentes poses al masturbarme, creo qe he llegado a la conclusion de qe me enamore a mi mismo, quisiera fornicarme, qe mi verga tocara mi delicado ano.

Pero, aunque esa idea suena muy tentadora, es algo imposible para mi, ya que tengo el patetico tamaño de 10 centimetros cuando mi miembro esta erecto, pero hablemos de eso despues.
El incienso de mi habitacion se habia consumido, lo uso para camuflajear el olor a semen que se encuentra tirado en incontables bolas de papel por todo el suelo, como si el conservarlas fuera un gran tributo a mi eterna excitacion.
Me levante de mi cama con un fuerte dolor de cabeza, habia bebido mucho la noche anterior, recuerdo que conoci a una mujer, su nombre era gema, o estefania...si, era estefania, lo recuerdo porque ese era el nombre d mi maestra de ingles en secundaria, la muy puta tenia unos enormes melones, lo cual siempre era un problema, sobretodo al momento de pasar al pizarron, teniendo el pene bien parado.

Recuerdo como llegaba hasta mi el olor de su piel; empapada en sudor y resuidos de semen, tras haberse encontrado con el director en su oficina, que tontamente creia que su amorio con la maestra era el secreto mejor guardado, el sexo era lo unico que la mantenia cuerda durante las largas horas de clase, rodeada por niños que se regocijaban en su infantil felicidad, sin saber que acabarian siendo otro aburrido individuo de esta absurda sociedad, cuando menos no acabarian tan abajo como yo; ese olor me intoxicaba y dejaba con la infinita necesidad de tomar mi miembro y masturbarme con entera libertad hasta venirme justo en medio del salon, era horrible esa sensacion de deseo e incapacidad, la desesperacion me hacia querer lanzar un grito al aire, al vacio, y olvidar todo y hacerlo de una buena vez, pero obviamente nunca lo hice, no soy valiente... y tampoco llega a tanto mi perversion (o al menos eso me digo cada dia para autocomplaserme); solamente alguna que otra vez me masturbe por debajo de mis ropas y tratando de ser lo mas discreto posible, creo que nadie nunca lo noto, eso espero.

Pero volvamos a la historia, me dirigi al baño, como siempre lo hago despues de despertar, y me dispuse a orinar.
Una ceniza de cigarro descansaba en un lugar del excusado, intente atinarle por mero ocio.
Me subi el cierre y sali del baño sin lavarme las manos, creo que nunca me e lavado las manos despues de ir al baño en toda mi vida, pero esa mala costumbre enrealidad nunca me a traido alguna consecuencia, creo que es algo sobrestimado y pretencioso.
Mi desayuno es el mismo todas las mañanas; un puto Pan tostada con mermelada, y un jodido vaso de leche con chocolate en polvo.
Algo que siempre me a molestado, es ver una cucaracha rondando curiosamente por mi cocina, no logro soportarlo, e inevitablemente me encuentro no solamente matando, sino torturando a tal despreciable criatura, me gusta quemarlas con fuego de encendedores, o o picarlas con tenedores para que mueran lentamente, creo que incluso una vez me cague encima de una de ellas, eso creo, no lo se, talves fue un sueño.

Tan solo pensar que tengo salir de casa y dirigirme a mi patetico trabajo como conductor de camion es un fastidio, saber que solo me espera un sucio asiento destruido ya por el tiempo y mi trasero que se pasa ahí horas interminables de insoportable monotonía, viendo subir y bajar gente cuya aburrida vida sigue siendo mas interesante que la mia. Detesto mi trabajo, nunca suben mujeres con enormes tetas y ropa tan ajustada que se les vean los pezones, aaah cuantas veces no he esperado con ansias que alguien asi suba. En cambio solo veo gastadas amas de casas y ancianas que deberían ya de desistir y aceptar su muerte, en vez de seguir ocupando espacios en mi camión.

Pero este trabajo no es malo a secas, también suben muchachitas jóvenes, casi niñas, que regresan a casa de sus escuelas o van a pasiar con sus amiguitas, es delicioso su aspecto infantil, que al mismo tiempo parece estar madurando ya, especialmente ahora que colocado de una forma estratégica un espejo, que incluso a mi me sorprendió por su excelente ubicación, es algo de lo que me he jactado frente a mis cuates del trabajo, como si fuera un gran logro, una completa victoria, tengo que admitir que el dia que lo puse me sentí extrañamente orgulloso.

Mi ruta tiene varios puntos que siempre han llamado mi atencion, y me fijo especialmente en ellos cuando hago mi trabajo.
El primer punto es una esquina en la cual se junta una pequeña Pandilla de jovenes negros, al principio, cuando comenze con este empleo, sentia miedo al pasar por ese lugar, no dudaba ni un segundo en que en cualquier dia alguno de esos simios hijos de puta me disparara sin remordimiento alguno, pero al ver despues de varias semanas, que nada asi pasaba, me di cuenta de que enrealidad, dia a dia era una novedad pasar por ese lugar.
Recuerdo que un dia vi como golpeaban a un joven entre quince de esos africanos hijos de perra.
Le quitaron sus zapatos, camisa, Pantalon, en fin, toda su ropa, hasta quedar completamente desnudo, humillado y malherido.
Pero aun estando en esa situacion, no perdia el sentimiento de la vergüenza, ya que con sus manos cubria sus genitales, mientras lloraba.
Aquello me provoco risa y una pequeña ereccion.
Me sentia fascinado por ver algo nuevo, algo que no se ve todos los dias.

Era la unica forma de distraerme de la homogeneidad de mi vida, algo que podia guardar en mi memoria, celosamente como si fuera un tesoro, aun cuando yo no tuve nada que ver, aun cuando yo no di un solo golpe, o derrame una lagrima vergonzosa y miserablemente mientras cubria mi insignificante verga, que por cierto yo siempre presumia tontamente de ser enorme.

El siguiente punto era un mercado, en una transitada calle; que por lo general me causaba dolor de cabeza y periodos largos de enojo, en los que me sentia capaz de madriar al primer ogete que se asomara por la puerta del camion; este lugar en particular era un verdadero desastre, cual escena post-apocaliptica la gente peleaba por las pocas frutas y la verduras que todavia se veian comestibles, con el fuerte deseo de evitar comer un estupido platano que ya era tan negro como los monos de la esquina, las señoras peleaban como fieras, no se imaginan lo increiblemente divertido que es ver pelear a dos señoras frente a sus hijos, jalandose de los cabellos que parecen trapeadores. Algunas veces me toca ver señoras que todavía, a pesar de tener ya como 20 hijos, tienen buenas curvas, son sin duda excelentes recuerdos durante las noches que me siento caliente (que en realidad suele ser diario).

El tercer punto, enrealidad no era un lugar, sino una persona, un introvertido adolescente, de uno 17 años, el cual siempre se sentaba en la parte trasera del camion, la cual se encuentra cubierta de rayones y supuestos grafittis de pendejos de secundaria.
Las frases que se encuentran en ese lugar no son muy ingeniosas, pero algunas puede llegar a ser divertidas.
El leer "Chinga a tu madre puto javier de la secundaria 5" o "Puto el que lea esto" era algo que despertaba mi sentido del humor.
Por lo que los dejaba asumir que no los veia mientras que escribian con plumones de aceite en la parte de atras de los asientos y en las paredes.

Alguna vez llegue a asustarlos por mera diversion, no es que me importara que lo hicieran, sino que no tenia nada que hacer, y no habia ocurrido nada interesante aquel dia, por lo que me detuve bruscamente al ver, a travez d mi pequeño espejo secreto, el momento en que empezaban su pequeño jueguito, de una forma veloz, incluso agil para alguien de mi complexion, y aprovechando que el camion estaba bastante vacio, me avalance hacia donde estaban de una forma amenazante con la pistola de juguete que tenia colgando como adorno bajo la ventana. Los chamacos estaban tan distraidos escribiendo en el aciento "Pedro y La Marichuy" que se percataron de mi movimiento hasta que estuve ha pocos pasos.

Acelerados por el susto los tres pendejos bajaron rapidamente del camion por la puerta que intensionalmente habia dejado abierta y en un parpadeo estaban al otro lado de la calle, yo reia lebemente mientras uno de los tres se caia en la banqueta sacandose un diente. Por pura coincidencia el joven que tanto me llamaba la intencion estba ahi, no se habia movido, ni parecia interesado en mi broma, solo se quedo mirándome con una cara de “¿y tu que?” Yo solo me voltee mentándole la madre con un gesto.

El siempre bajaba 1 cuadra antes de llegar a su escuela, como si le avergonzara el tener que ir en camion y no en carro, imaginen ahora cuanto me avergonzaba a mi ser chofer de un camion de ruta las primeras semanas.
Era algo bajo para mi, no puedo explicar porque, talves sea por el chofer que me llevaba a mi escuela cuando estaba en primaria.
Su nombre era Humberto.
Humberto tenia 42 años, tenia un tatuaje identico al de popeye en el antebrazo y le faltaban varios dientes.
El camion llevaba un grupo de 23 niños a la escuela, y yo siempre me sentaba en la parte de atras, ya que yo era el primero al que recogian y el ultimo al que entregaban.
Todos los dias me dejaba en mi casa, y bajaba del camion para dirigirme a mi casa a tocar, pero, mi madre nunca estaba afuera...hasta ese dia.
Ese dia mi madre, cuyo nombre era Teresa, se encontraba en el escalon de la puerta de mi casa, fumando un cigarrillo, y con un vestido blanco con flores amarillas, nunca podre olvidar todos esos detalles.
Recuerdo que estaba sentada de una manera bastante provocativa, lo que devio haber entuciasmado a Humberto.

Sin duda ese fue el dia en que aprendi lo mas importante de mi vida: ser cobarde, solo los valientes mueren, yo preferí ser cobarde y vivir otro dia de mi vida, sin importar que tan asquerosa y mala fuera, después de ese dia siempre quise vivir otro mugroso, triste y desgraciado dia ¿Porqué? Porque tengo miedo a la muerte, porque estoy seguro que si mi vida es una mierda, mi muerte será un martirio. si no hubiera sido porque la pendeja de mi madre me educo como católico, ahora por eso temo que me vaya al infierno por vivir como una peste y sueño con el diablo besándome cada noche, diciéndome “ya falta un puto dia menos”, un puto dia mas cerca de que los cabrones me destripen todos los días y me violen las noches. De algo estoy seguro, cuando me muera lo hare después de tres días de agonia, para que asi todavía vivo, este ya yo preparado para todas las mamadas que me harán de muerto.

Pero volvamos a lo que estaba relatando.
Humberto agacho ligeramente su cabeza, obviamente para alcanzar a ver la ropa interior de mi madre, que mas tarde me daria cuenta de que era rosada.
Y cuando lo hizo, lo efectuo de una manera tan descarada, que se deducia que queria ser sorprendio realizando tal voyeurista acto.
Mi madre me dijo que entrara a mi habitacion, y la obedeci, entre a mi habitacion repleta de caricaturas de la vieja escuela y tiras comicas tiradas por todas partes, algunas de ellas aun las conservo.
Estuve encerrado en mi cueva, hasta que escuche que se cerro la puerta, por lo que sali para preguntar a mi madre que comeriamos ese dia, esperaba que fueran chuletas.

En un segundo, me olvide por completo sobre la comida, Humberto habia entrado a mi casa, ¿Wue puta madre era lo que estaba haciendo ese chofer hijo de puta en mi hogar? Habria de descubrirlo sin importar como.

Mi madre entro a su habitacion con Humberto, yo aun era un mocoso inocente, no sabia anda aun sobre lo que yo llamaria en preparatoria, el viejo mete saca mete saca, que decia como parodia a mi pelicula favorita, Naranja mecanica.

El andrajoso chofer de autobús se percato casi de inmediato de mi incomoda presencia, furioso, por algo que yo ni siquiera me acercaba a comprender, se acerco a mi. Estaba inmóvil, sin saber que hacer solo alcance a orinarme en los pantalones antes de que el desgraciado me sujetase del brazo y empezase a zangolotearme violentamente, me avento al pasillo que se encontraba entre mi cuarto y el de mi madre, tras lo que recuerdo fueron dos golpes y tres patadas mi madre aparto a Humberto, dejándome tirado y casi inconsciente, además de orinado (¡Mierda!). El desgraciado, todavía con los calzoncillos en las rodillas y la verga parada, tropeso tras ser empujado por mi madre, cayo golpeándose en la cabeza cortándose la ceja, enfurecido arremetio contra mi madre. En mi condición solo pude ver borrosamente como la golpeaba y violaba una y otra vez, hasta que no aguante mas y hui de la casa, corriendo por la desolada calle de terracería con lagrimas en mis ojos, lo siguiente que supe tras un dia completo de caminar inconscientemente por las calles de la ciudad fue que mi madre estaba muerta,
Humberto fugitivo y yo en un horfanato.

Comentarios

  • Marcelo_ChorenMarcelo_Choren Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado mayo 2008
    ¿Este no es un apartado para relator eróticos?
    Escribir "verga parada" no lo convierte en uno.
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com