“Hoy es día 11 ix 7 ch´en o si lo medimos en cuenta larga es 10.9.3.14.14 (en el calendario gregoriano es el 20 de mayo de 1011)
Quisiera encontrarme a mí misma, pero no me hallo. Busco en mi interior, pero no da resultado. Intento sonsacarme vida, pero carezco de ella. Dios mío amado, ¿por qué me has abandonado?
Preludio del año 1011. Soy Jimena, aunque todo el mundo esté empeñado en decirme Ximena porque es lo más clásico. Vivo en Izn-Rand Onda, una ciudad andalusí, en la que Takuranna se está haciendo fuerte y lucha por la independencia del califato de Córdoba, aprovechando que ésta se encuentra en situación de guerra civil porque Sulaiman codicia el trono en manos de Hisham II. Este declive del califato no me gusta nada porque el ejército Berebere, a los mandos del codicioso Sulaiman, es muy destructivo, llevándose a la tumba ciudades como Medina Azahara. Los cristianos de las fronteras del norte de Al-Andalus empezaron a odiar a los moriscos cuando Almanzor arrasó Castilla; posteriormente este califa morisco sería asesinado en 1002 por los castellanos.
Los mozárabes son personas “arabizadas” que practican el cristianismo y viven en territorios moriscos en condición de Dhimmi. Estas personas eran toleradas a cambio de un impuesto y un nivel social más bajo. Mi posición social es alta, siendo parte de la nobleza de mi ciudad, ya que soy hija del alcalde. Mi padre, además de ser alcalde, es un gran lugarteniente con mucha riqueza y poder que sigue fielmente la religión musulmana.
Los dogmas musulmanes se esfumaron dentro de mí, aunque sigo con ellos en mis actos sociales, no los creo porque siento a Cristo muy arraigado a mí. El Nazareno es mi emblema religioso, lo seguiré hasta la muerte. Me gustaría demostrárselo a todo el mundo, pero por mi condición social no puedo, sería castigada duramente, pero no me importaría, lo malo es que también serían torturados todos los miembros de mi familia, por todo ello soy una cristiana en cubierto.
Me inicié al cristianismo en el barrio de las peñas. Esta zona es la más cristiana que hay en mi ciudad, ya que se hacen rituales cristianos secretos y muchas más reuniones de este tipo. Los de esa región son los más fieles y por muy perseguidos que sean jamás abandonarán a nuestro todopoderoso Cristo.
Me gusta mi ciudad Izn-Rand Onda porque conserva un aire muy variopinto. Para empezar, conviven tres religiones con algo de armonía, cosa que nunca se ha dado en ningún momento de la historia. Luego, decir que fue fundada en la edad prehistórica pasando por aquí todo tipos de civilización como los celtas, fenicios, griegos, romanos, los cuales dejaron su huella y su granito de arena para darle forma y color a esta gran ciudad. Pasear por sus sinuosas calles tan empinadas, empedradas y estrechas; admirar sus elegantes jardines tan coloridos y olorosos que sus vistas dan a una garganta abierta por el río Guadalevín; gozar de sus edificios emblemáticos y eternamente bellos, es uno de los mayores delirios de este mundo y el mayor regocijo es que yo pueda estar aquí tan orgullosa de vivirlo.
1006, 30 de abril, día con un ambiente crispado, sin venir a cuento. Se hizo una niebla espantosa que tapa toda la alegría de esta tierra. En estos momentos, la inmensa oscuridad se ve negada ante un destello de muchos colores que nos hace ver que dios nos está mandando un aviso. Poco a poco la intensa niebla y negrura van desapareciendo, pero esa luz intensa no desaparece y estamos realmente asustados.
20 de mayo, el resplandor, grandiosamente diabólico, sigue y el terror nos coacciona a estar tremendamente confusos. Las guerras entre cristianos, judíos y moros aparecen porque dicen que es un castigo de su dios y para ello se valen de sus libros sagrados y quieren que los de las otras religiones recen al Dios en el que creen. El caos está presente y nadie puede desatarse de él. Este desordenamiento es infundado, se lo están inventando los devotos, ya que esa luminosidad no es un preludio del castigo severo de Dios, sino de una señal que le indica a alguien que va hacer algo muy importante. Ese alguien soy yo y para no vivir esta tropelía de luchas que incluso llegan a las manos derramando mucha sangre, me voy a un pueblo colindante en el que sólo hay gente musulmana.
Han pasado ya varios años, estando ahora en el 1010. Parece ser un número que trae consigo grandes cosas con mucha importancia. Echo mucho de menos mi grandiosa y bellísima ciudad. Las aguas del río han vuelto a su cauce. Las inútiles e infructuosas luchas entre las tres grandes religiones cesaron, dando paso a una armonía especial. No queda ya constancia sobre la luz que tanto caos produjo en nuestra sociedad. Todo está olvidado porque no pasó nada. Pienso que las cosas no se pueden olvidar así como así, porque si armaste tanto jaleo por ser esa luz un aviso del próximo tormento que iban a sufrir y se luchó con las demás religiones a favor de la tuya, sigue tus ideales, y/o al menos, intenta mejorar para que esto no pase de nuevo y tu Dios esté contento. Pero yo no lo he olvidado, sé lo que significa esa luz que tanto tiempo duro en el cielo. Significa que voy a hacer algo importante, pero no seré reconocida por ello. Esta preposición la sé, ya que la traduje de los mensajes ocultos del aire, debido a que soy una experta en el arte de la aeromancia y voy camino de ser maestra en la oniromancia que es saber interpretar el lenguaje de los sueños.
Ayer soñé que encontraba en una batalla en la que no estaba involucrada, pero había un bebé allí y no podía dejarlo en ese sitio para que muriera porque era demasiado peligroso, así que decidí rescatarlo. Una vez en mis brazos vi como estaba en paz, desasosegado y limpio. Pasamos un rato sin hacer movimiento, hasta que de repente, empieza a llorar y no hay manera de calmarlo, sólo cuando pensé en Cristo y le pedí ayuda, ese bebé paró de llorar, a cambio él desapareció, dejándome entre mis brazos una botella vacía. Este sueño me ha dejado marcada y sé lo que significa, por lo que tengo muchísimo miedo.
Han pasado ya varias semanas, el verano está próximo y la interpretación onírica no da resultados, así que mi terror desaparece porque no volví a soñar ni hay síntomas de que ocurra. Mi vida carece de amor, sólo está el que le tengo hacia mi señor Jesucristo que es lo más importante. Me apoyo en él cuando la vida se me tuerce.
Mi padre está cogiendo demasiada importancia en esta región y eso me alegra porque está luchando por sus principios. Por ello, decido decirle que soy cristina, a pesar de lo duro que será para mi padre. No puedo continuar con esta losa que te aprisiona toda el alma, debo ser sincera, ya que es uno de mis mayores principios.
Se lo digo muy valerosa, su corazón le da un vuelco, me mira con cara de odio y empieza a balbucear palabras en árabe que no puedo dilucidar porque siempre me negué a aprender el árabe clásico. Me golpea la cara con gran virulencia y me caigo al suelo. Las lágrimas de los ambos caen al suelo, donde los grandes momentos de alegrías que tuvimos juntos aprendiendo y leyendo “El Corán” están rotos al descubrirse que en parte es todo una mentira. El silencio de mi padre me lo está diciendo todo. Siento ser tan desalmada, pero Cristo se instauró en mí y no puedo seguir siéndole más infiel. Me voy de casa con lo puesto en dirección hacia las peñas.
Allí me encubren durante dos días, pero les estoy causando demasiados problemas a los cristianos residentes. Me persiguen, así que opto por entregarme. Toda la comunidad morisca se alegra de mi captura voluntaria. Quieren castigarme por mentir y ofender a Alá. Según las leyes musulmana, eso significa tortura y pena de muerte, así que ya sé cual es mi destino; una semana de dolor bajo el fin de una terrible muerte.
El artífice principal para pensar cual es mi condena es mi bendito padre. Lo comprendo perfectamente y es normal su actitud porque toda la culpa es mía y de nadie más. Él es el alcalde y máximo representante de Mahoma en Izn-Rand Onda, además es el padre de la sucia de alma, por lo tanto debe sufrirlo y su mayor condena no es la muerte, es que él sea el encargado del castigo de su impura hija.
Soy llevada en una especie de carroza por toda la ciudad. En este vehículo pone en árabe “morisca infiel, traidora y ofensiva, su castigo será la muerte por la orden de Alá”. Me han colocado un atuendo con unos ropajes malditos y me esposan las manos. En mis ataduras hacen el signo de la cruz y con eso me dan un golpe para que mi sangre quede grabada. Me dicen que si Cristo dio la sangre por los cristianos, yo la daría por ese profeta equivocado. No me ablando, sé que debo ser fuerte hasta la hora de mi muerte. Mi sufrimiento es el delirio de mi Dios. Por ser perseguida moriré en paz porque sé que voy a ir al reino de los cielos. Mi vida llena de sufrimientos, no es más que el tránsito para reunirme con el todopoderoso y eso me alegra, me da fuerzas.
Una vez paseada por toda Izn-Rand Onda me conducen a una especie de cárcel. Su ambiente lúgubre no impide ver las esperanza que tienen los reos de la planta alta, es decir la planta 0. Esta prisión tiene una característica muy notable. Esta excavada en el suelo hasta llegar al río Guadalevín. Su altura es de casi 100 metros y se va dividiendo en unas especies de plantas que son galerías subterráneas donde residen los prisioneros. Mientras más abajo estés, peor será tu destino, por tanto sabes que la muerte te va llamar próximamente. A medidas que voy bajando la esperanza desciende. Cada escalón que bajo es un golpe en las costillas y el pecho. Llevo casi 300 escalones bajados y ya tengo dada una tortura psicológica. Me paran, es una de las últimas plantas, por consiguiente, sé que no me van a matar, aunque comprendo que sí que voy a sufrir como nunca lo he hecho.
Han pasado 3 días y no me han alimentado, ni siquiera agua. La única manera de hidratarme un poco es abrir la boca y beber el agua que cae de las goteras del techo. Me estoy volviendo loca y la tortura psicológica es demasiado importante, tanto que estoy dudando sobre la existencia del mundo.
Transcurren 5 días desde mi encarcelamiento y me he vuelto una salvaje. Me siguen sin dar de comer, pero me estoy nutriendo a mano de la madre naturaleza, ya que me estoy comiendo el moho que hay en las piedras. Ya no me da asco nada, lucho por sobrevivir porque por la zona en la que está mi celda no voy a morir. Flash back, eso es lo que ha sufrido mi mente, en la carroza ponía que iba a morir y cuando a alguien se le pasea por la ciudad su ejecución es inminente, ¿entonces por qué estoy aquí? Comprendo, es parte de la tortura moral que me están haciendo. Oigo pasos, alguien está bajando. Me levanto y hago algo de abultamiento como hacen las serpientes u otros animales cuando se ven acorralados. Son dos y se han parado justo antes de llegar a mi celda y empiezan a hablar:
- Mejor decírselo a voces, me da miedo, ya que de lo malo se pega todo.
- La infiel ésta el único peligro que tiene, son las enfermedades sexuales y de piojosas, pero digámoselo a gritos, que se entere bien.
- ¡Impura! Vete al infierno con tu Cristo el idiota. Serás trasladada más tarde y te darán el alimento sobrante de las ratas. Ya han decidido cual será tu destino.
Esas palabras me dan tanto ánimo que me deprimo al pensar que mi destino está en las manos de un padre con resentimientos y sufrimientos hacia su hija. Me han sacado de mi celda, pero no asciendo, sino que estoy de camino al infierno. 4 guardas están hablando que antes no había celdas suficientes, por eso me tenían tan arriba. Esto me está matando, no lo resisto, quiero morir ya ¿qué sentido tiene vivir? Comprendo, mi sentido es vivir como monigote de mi Dios. Lucho por ti mi amor, no me doy un traspiés por ti mi corazón; te soy fiel, trátame como a tu reina sufridora porque te trato como a mi señor todopoderoso y amante.
Estoy justo abajo, donde algunos reos recogen el agua del río. Me dicen los guardas, que si la vista es hermosa, es porque así lo dispuso Alá. Yo le contesto que la vista es hermosa, pero más grandioso es todo aquello relacionado con mi señor Jesucristo. Me golpean tan fuerte que no he sentido el golpe, sino el desplazamiento de un metro que conlleva el gesto tan feo del guarda. Me escupen como signo de repudia, pero me da igual. Al fin me acaban diciendo que por fin soy libre que suba sus 365 escalones porque ese va a ser el tiempo que me queda de vida.
Han pasado unos días desde que en el 20 de mayo, me dijeran que soy libre, pero me han llevado a una localidad costera a unos 70 kilómetro de mi ciudad. Me han hecho una ceremonia muy extraña. Ya se sabe cual es mi condena. Será embarcarme con rumbo al fin del mundo. Me monto, sé cual es mi inexpugnable destino y me despido de todos los allí presentes con una mirada tierna, pero sin ningún arrepentimiento por parte de mi religión que me va a conducir a una muerte segura. Me dicen que en el barco hay alimentos para un mes. Para finalizar imitan el beso traidor de Judas y me cuentan que si mi Dios existe tendría tanta suerte como para llegar a una de las pequeñas islas del oeste.
Estoy sola en el mar, estoy feliz, pues mi vida estuvo lleno de gozos y de amor. No me faltó nada y por ello estoy contenta. Recorro todo el barco y veo como en la bodega hay abundancia de alimentos. Pienso que aquí hay para más de un mes. Estoy viendo muchos alimentos conservados en almíbar, mucha agua, muchas bebidas alcohólicas. Creo que esto da para más de un año.
Me dirijo a la sala de mandos para ver donde voy a dormir. Hay un carta en la gran mesa redonda. La cojo. Veo que está sellada con la marca distintiva de Izn-Rand Onda. La abro, es de mi padre. La felicidad me embarga por completo. Me doy un poquito de respiro y me siento. Está escrita en el árabe que sólo entendemos los dos. No hay nada importante, sólo pone que el alimento de más es porque no quería que sufriera tanto y así podría sobrevivir más tiempo. No me comprende mi cambio de religión infundado y que por si no aguantaba tanta soledad y amargor, había dejado un cuchillo escondido en una falsa pared de la bodega y una cuerda por si me quería suicidar.
Pasan los meses, de hecho creo que estamos a diciembre. Los alimentos apenas escasean y creo que podría continuar así años. Tengo una leve gripe, es doloroso estar así y estoy pensando en el suicidio, así que miro bajo la falsa pared donde está el cuchillo y la cuerda. Observo la trampilla y hay un mensaje que pone “No lo hagas hija mía, el suicidio no es la solución. Si has llegado a este punto, podrás llegar al siguiente punto tras éste. Te quiero y lucha por los dos”.