Una ventana al aire libre
Circe
Sentada, tras los cristales, mis ojos, se deslizan suavemente por los tejados, intentando imaginar la historia que alberga cada ventana, mientras las golondrinas hacen su aparición, revoloteando, suben, bajan, se les ve felices, durante unos minutos desaparecen, y ese manto negro lleno de lucecitas incandescentes me embriaga, me hace salir para contemplarlo, es tan hermoso, el aire esparce las nubes dándoles formas diversas, entre ellas una luz más intensa, me atrapa, me subyuga, vuelvo a ser esa niña soñadora que volaba, sentía la sensación de libertad, llena de ilusiones… ciertas líneas rectas surcan el manto en diferentes puntos, a simple vista, nos da la impresión que se chocarán en un punto, pero es solo una impresión, las voces de unos niños, riendo, me hacen volver a la realidad.
Una pared a cada lado delimita el territorio que a cada cual nos pertenece, unas pequeñas plantas adornan el entorno, una balustrada blanca pone fin a las baldosas claras entre las cuales se ve aparecer tímidamente unas hojitas verdes.
Es una lástima que este despeje, sea observado por tanta gente , que tras las cortinas se esconden, esperando conocer mi historia, una historia que ni yo conozco.
Comentarios
El texto está bien escrito. Pero, del ambiente sólo nos enteramos que posee una ventana. ¿Podrías contar (o mejor: "mostrar") lo que encierra?